Un Gran Kaiju con Humanos Insignificantes

Hay historias que podrían haber sido grandiosas y no lo logran. Pasa muchas veces en el cine. Y uno cómo espectador se pregunta, ¿qué fue lo que falló? ¿Fue el guión? ¿La dirección? ¿Una mala edición? Pero también hay ocasiones en que no hay tal incógnita. Uno puede ver claramente qué es lo que está fallando, qué es lo que no funciona. Y aquí es cuando uno se hace otra pregunta: si para uno es tan evidente, ¿por qué no lo fue para los productores? Esto último es lo que pasa con "Godzilla", la más reciente película sobre el Rey de los Monstruos. Dirigida por Gareth Edwards, la cinta tuvo todos los elementos para ser grandiosa... pero no fue así. Lo interesante es que esta vez los fallos no estuvieron en la realización del monstruo, como sucedió con la película de 1998 dirigida por Roland Emmerich, sino más bien en los dramas humanos. Pero a eso llegaremos más adelante.

Godzilla es uno de los monstruos más clásicos del cine. Su primera aparición en pantalla se dio en 1954, en una película de culto dirigida por Ishiro Honda. Nacido del temor nuclear vivido por los japoneses tras Hiroshima y Nagasaki, fue el gestor de todo un género cinematográfico sobre enormes monstruos producto de la radiación que ponían en jaque a la humanidad: el Cine Kaiju. A lo largo de varias décadas los estudios Toho de Japón realizaron 28 películas que sirvieron para afianzar al gigantesco monstruo lanza llamas como un gran preferido del público a nivel mundial. Tal popularidad llegó hasta Estados Unidos desde la década de los 50´s, aunque fue hasta 1998 cuando Hollywood decidió hacer una gran producción propia sobre Godzilla. Pero la manera como se retrató al monstruo no convenció a los fanáticos y eso se reflejó en la taquilla. Incluso los estudios Toho decidieron diferenciar oficialmente la versión de Emmerich del Godzilla clásico, asegurando que aquel era un kaiju diferente, que desde entonces es referido en Japón con el nombre de Zilla. Con este antecedente poco prometedor, Legendary Pictures y Warner Bros. tomaron el reto de revivir la franquicia para el mercado estadounidense y occidental.


La cinta inicia con una serie de imágenes que parecen sacadas de viejas películas de los años 50´s, en las cuales se logra ver varias pruebas nucleares en el Pacífico Sur y lo que parece ser una gigantesca criatura moviéndose entre las islas. Al iniciar la acción estamos en 1999, en algún lugar de las Filipinas, donde el doctor Ichiro Serizawa (Ken Watanabe) y su asistente, la doctora Vivianne Graham (Sally Hawkins), ambos del Proyecto Monarch, visitan una mina donde una gran sección colapsó dentro de un gigantesco túnel en la tierra, formado por los restos de una criatura enorme. Dentro de los restos encuentran lo que parece ser algún tipo de larva parasitaria también gigantesca, aunque para los científicos parece estar muerta. En el otro lado del túnel descubren una salida hacia la superficie y un rastro enorme de árboles destruidos que demuestra que sea lo que sea que salió de allí recientemente, se sumergió en las aguas del Pacífico.

Mientras, en Japón, la planta nuclear de Janjira experimenta una serie de sismos que preocupan al supervisor Joe Brody (Bryan Cranston), quien analiza con intriga los datos que le indican que la actividad sísmica parece mantener un patrón rítmico determinado que inició en Filipinas y que se acerca a la región de Janjira. Buscando obtener más evidencia para poder sustentar su petición para el cierre temporal de la planta, envía a su esposa Sandra (Juliette Binoche), quien es consultora en regulaciones nucleares, a inspeccionar el núcleo del reactor. Pero es allí cuando ocurre la tragedia y un sismo de gran magnitud hace colapsar la planta nuclear. Joe logra evacuar a la mayoría de los trabajadores, pero su esposa y todo el equipo de inspección mueren dentro. Debido al desastre, toda la región alrededor de Janjira es evacuada y se crea una zona de cuarentena radiactiva de varios kilómetros.


Quince años después, el teniente Ford Brody (Aaron Taylor-Johnson), hijo de Joe y Sandra, regresa a su casa en San Francisco tras haber estado en servicio como oficial de desarme de explosivos. Allí lo reciben su esposa Elle (Elizabeth Olsen) y su pequeño hijo Sam (Carson Bolde). Pero pronto debe volar a Japón cuando recibe noticias de que su padre ha sido arrestado por tratar de entrar ilegalmente a la zona de cuarentena de Janjira. Tras sacarlo de la cárcel, Ford debe lidiar con la obsesión de Joe por descubrir la verdad tras la tragedia en la planta nuclear, pues está seguro que los gobiernos están ocultando algo. Al entrar nuevamente padre e hijo en la zona en cuarentena descubren que sus sospechas son ciertas: el lugar no sufre de radiación y entre las ruinas de la planta se ha construido una instalación secreta que guarda una larva gigantesca similar a la que encontró Monarch en Filipinas. De la larva pronto emerge una enorme criatura destructiva que el ejército de Estados Unidos bautiza como MUTO. Pero lo que más preocupa al doctor Serizawa es que la presencia de esta criatura pueda atraer al depredador más formidable del planeta: Godzilla.


El resto del elenco de la cinta lo conforman David Strathairn como el Contra Almirante William Stenz y Richard T. Jones como el Capitán Russell Hampton.

Antes de abordar los fallos que tuvo esta película, analicemos sus fortalezas. La principal es sin duda un regreso al material original por parte de Gareth Edwards. Y es que en sí, esta nueva "Godzilla" tiene mucho de homenaje a las antiguas producciones de Toho. Aquella primera cinta de 1954 hace eco constante en diversos planos y en cierto ritmo de tratamiento hacia los monstruos. Uno de los grandes aciertos fue recuperar al personaje de Ichiro Serizawa, tan icónico para el Cine Kaiju que en la película "Pacific Rim", el director Guillermo del Toro estableció la Escala Serizawa para poder medir la magnitud destructiva de un kaiju.


Otro regreso a la esencia se da con la propia apariencia de Godzilla, para gran placer de los fanáticos. Cierto que algunos críticos en Japón la emprendieron contra la imagen del monstruo alegando que estaba "pasado de peso". Pero los defensores de este Godzilla han sabido responder alegando que las mayores dimensiones que ostenta el Rey de los Monstruos en esta película hace que sea necesario un aumento en el volumen de su masa. En lo personal este Godzilla me encanta. Y más aún con el característico aliento de fuego, al cual el director decidió darle una tonalidad azul que lo hace sentirse más como un verdadero superpoder y lo aleja de la imagen de dragón del Zilla de 1998.


La influencia del cine de Toho también está presente en la decisión narrativa de hacer de esta cinta una historia de kaiju contra kaiju al mejor estilo clásico. Basta con ver algunos de los títulos de la productora japonesa: "Mothra vs. Godzilla" (1964), "Godzilla vs. The Sea Monster" (1966), "Godzilla vs. Hedorah" (1971), "Godzilla vs. Gigan" (1972), "Godzilla vs. Megalon" (1973), "Godzilla vs. Mechagodzilla" (1974), "Godzilla vs. King Ghidorah" (1991), etc. El Cine Kaiju siempre ha sido para ver a dos monstruos gigantescos enfrentados. En esta nueva cinta ese enfrentamiento se da contra los MUTOs. Pero es justamente en estos enormes adversarios que comenzamos a notar los tropiezos de la producción. Su apariencia recuerda un poco a los insectos gigantes de "Starship Troopers" con algo del monstruo de "Cloverfield". Dos referencias que no son las mejores. Además está el comportamiento de estas criaturas que por momentos te recuerda a algo muy primitivo, como insectos, pero de un momento a otro muestran un gesto demasiado humanizado que resulta poco creíble después de todo lo que hemos estado viendo a lo largo de la cinta. ¿Por qué no inspirarse mejor en los otros grandes kaijus clásicos? Esta es la primera gran pregunta que habría que hacerle a los productores y al director.


Otro aspecto en que falla la película es algo que puede pasar desapercibido para algunos, pues en general es un fallo constante en las producciones taquilleras de Hollywood: el comportamiento poco normal de la gente ante una situación de peligro extremo. ¿A qué me refiero? Básicamente a que en medio de la lucha entre Godzilla y los MUTOs en San Francisco, se puede ver a las multitudes aterradas corriendo por las calles. Algo justificable si los monstruos hubiesen aparecido de pronto. Pero lo cierto es que la película nos deja ver que estos tardan días en llegar a la ciudad y que son seguidos de cerca por el ejército y los medios de comunicación. Es decir, que los habitantes han tenido suficiente tiempo para evacuar o esconderse en refugios. Digo, eso me parece que es el comportamiento más sensato si te das cuenta que dos criaturas monstruosas gigantescas se acercan a tu casa. Y el extremo más ridículo de esto es cuando en una cierta toma descubrimos que aún hay gente que está trabajando en las oficinas de los edificios. ¡¿Es en serio?! ¡¿Dos criaturas gigantescas están destrozando la ciudad y aún hay gente escribiendo en computadora tranquilamente y revisando archivos?! Un enorme fallo que además está totalmente injustificado, pues la escena se hubiese visto igual de magnífica si esas oficinas hubiesen estado vacías.


Pero el mayor error de "Godzilla" fue sin duda centrar el protagonismo humano en una historia bastante llena de clichés, coincidencias poco creíbles y personajes acartonados. Me refiero a la historia de Ford Brody, quien se convierte en el protagonista tras un giro de la trama en la primera media hora de la película que para mí marcó el fracaso de la historia. Ford Brody está construido como el típico soldadito estadounidense que termina cansando al público que no es de ese país. Se entiende que al ser una película americana se tienda a darle cierto protagonismo a sus fuerzas armadas. Pero cuando es tan evidente que todo el poderío militar es inútil, el mantener el discurso de la historia por ese camino resulta insostenible. Es por ello que desde el comienzo el director decide que lo que motiva a este soldado es regresar con su familia. OK. Digamos que puedo comprar la idea por tener una fuerza humana en ello. Pero resulta que sabemos tan poco de la esposa y el pequeño hijo de Ford, que me es imposible llegar a generar empatía con él. Elle Ford no deja de ser una rubia bonita que espera al héroe sin hacer nada más (¿y por qué rayos es que todas las esposas de los protagonistas de estas películas son enfermeras?). En cuanto al pequeño Sam, no pasa de ser el "niño adorable genérico" que está allí para llenar el cuadro de típica familia feliz. ¡Incluso la madre lo evacua en un autobús para que ya no estorbe en las escenas!


Volviendo al teniente Ford, su personaje resulta tan inútil que los demás personajes importantes lo despachan rápidamente. Y claro, como ya no hay forma de vincularlo directamente a la persecución de los monstruos, el guión se saca de la manga una serie de coincidencias poco creíbles para que Brody siempre se esté topando con los monstruos. Cosa que no habría sido necesaria si hubiesen continuado la historia desde la perspectiva de su padre, Joe Brody, un personaje que tenía toda la justificación para estar allí, que hubiese hecho una dupla magnífica con Serizawa, y que durante los primeros minutos de la película había logrado una profundidad emocional interesante. ¿Por qué entonces se deshicieron de él tan rápidamente? Esta es la mayor de las preguntas que me gustaría llegar a hacerle al director y los productores.


En resumen, "Godzilla" es una película que se disfruta en el momento (a pesar de que cuando vienen las escenas con humanos, uno desea que pasen rápidamente), pero que al salir del cine se le comienzan a ver sus defectos. Lo peor es saber que al inicio contaban con todos los elementos para hacerla grandiosa y, sin embargo, tomaron las decisiones más equivocadas que se les pudo haber ocurrido. El principal pecado: desperdiciar a dos grandes actores como Ken Watanabe y Bryan Cranston que juntos pudieron darnos algo magnífico. Menos mal que las malas decisiones no incluyeron a Godzilla, el cual luce extraordinario en esta película. Ya se ha anunciado una secuela debido al éxito en taquilla. Esperemos que ese "éxito" comercial no le dé una mala señal a Warner y que decida continuar por ese camino del taquillazo mediocre al estilo de los Transformers de Michael Bay. La crítica misma lo ha dicho claramente al decir que los buenos comentarios que esta cinta está recibiendo son exclusivamente por su monstruo protagonista, su ritmo y sus efectos visuales. Pero definitivamente no por sus personajes humanos insípidos y sin profundidad. Este Godzilla es enorme y grandioso. Lástima que los humanos se quedaron insignificantes a su lado.

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