Agents of S.H.I.E.L.D: Reseña Episodio 21

"Agents of S.H.I.E.L.D." se acerca ya a su final de temporada y el episodio "Ragtag" sirvió para preparar todo el panorama para la confrontación final, con una historia que nos narró el pasado del Agente Grant Ward, develó el misterio detrás de John Garrett y el Proyecto Ciempiés, y nos mostró al equipo de Phil Coulson operando en la clandestinidad al mejor estilo de la vieja escuela.

Iniciando el capítulo y a lo largo de este se nos narró la historia de por qué Grant Ward le debe su lealtad a Garrett, tras liberarlo de una correccional de menores donde estaba preso por abandonar la escuela militar en la que estaba e incendiar la casa de su hermano mayor con él adentro. Garrett le ofrece una alternativa, reclutándolo para una organización secreta. Cuando el joven acepta, el viejo agente da una señal y varios soldados armados toman la correccional para permitir el escape. Garrett lleva a Ward a una región boscosa donde lo abandona con solo su perro de caza lo que lleva puesto. Grant debe sobrevivir durante más de seis meses, al cabo de los cuales regresa Garrett. Al ver que el joven se las arregló bien, el agente le enseña a disparar, llegando Ward a convertirse en un gran tirador. Un día Garrett le habla de cómo una explosión en Sarajevo casi lo mata y cómo tuvo que conseguir ayuda por sí mismo cuando S.H.I.E.L.D. no envió ningún rescate. Desde entonces John Garrett decidió no ser más leal a la agencia y se convirtió en parte de HYDRA. Organización a la cual invita a Ward a unirse. Tiempo después el joven logra entrar en la Academia de S.H.I.E.L.D. Su mentor lo felicita y le recuerda que él es un agente encubierto de HYDRA y que para tener éxito debe superar el apego emocional con otras personas, lo cual es una debilidad. Para probarlo, le ordena que mate al perro que ha sido su compañero todo ese tiempo. Ward duda y termina ahuyentándolo. Aunque en una última escena no queda claro si lo mata o si es más bien Garrett quien lo hace.


Ya en la actualidad, Skye, Simmons y Fitz miran en las noticias la muerte de un reconocido narcotraficante colombiano a manos de Deathlok. Simmons comenta lo extraño del asunto pues dicho criminal tenía vínculos conocidos con HYDRA. Coulson llama entonces al equipo para ponerlos al corriente del plan que ha estado desarrollando junto con May. Comienza conectando todos los elementos que están relacionados: HYDRA, John Garrett, Clarividencia, el Proyecto Ciempiés, Deathlok, Cybertek e Ian Quinn. Es entonces cuando le revela al equipo que Skye logró introducir un gusano informático en el disco duro robado por Ward, lo que permitiría seguir todos los movimientos de Garrett. El problema es que a la hacker no le dio tiempo para activarlo, por lo que necesita acceso a la gran red informática clandestina de HYDRA. Analizando cada elemento, la opción más viable es hackear una de las computadoras de Cybertek.


En el "Bus", Garrett celebra el éxito de la misión de Deathlok en Bogotá, explicándole a Ward que aquello se hizo de manera pública justamente para lograr gran cobertura de los medios como parte de un plan que ya tiene en marcha. De inmediato busca a Raina, quien le dice que ya está muy cerca de replicar el GH325 gracias a los datos obtenidos a partir de la investigación de Jemma Simmons sobre la sangre de Skye. Satisfecho, Garrett decide regresar a la base en Cuba para pasar a la siguiente fase de la operación.

Mientras Raina trabaja en la holomesa, Deathlok se le acerca y le pregunta por qué trabaja para Garrett. Ella le responde que lo que la mueve es su interés en lo extraordinario y en la evolución. De pronto le pregunta qué sabe él acerca de Skye. El cyborg le responde que no mucho y a su vez le pregunta por qué le interesa la hacker. Raina le responde misteriosamente que Skye podría tener algo en común con ella en su interior.

En el motel que sirve de base para Coulson y su equipo, Fitz se muestra insistente en no querer creer que Ward es realmente un villano. Además tiene algunos reparos en el plan de Coulson, pues implica ceder parte de sus diseños a Cybertek, aunque el viejo agente lo tranquiliza explicándole que no entregarán ningún diseño que la empresa no se haya robado ya. En ese momento regresa Antoine Triplett, quien trae consigo la maleta de artefactos espías que utilizó su abuelo mientras fue uno de los Comandos Aulladores. La escena es bastante amena dada la pasión que Coulson, Triplett y Fitz muestran por los antiguos artilugios de la vieja escuela del espionaje, los cuales incluyen una carga de pulso electromagnético disfrazado como un timbre de mano de broma, o unos cigarrillos que en realidad son un potente láser.


Para infiltrarse en Cybertek, May y Coulson se hacen pasar por científicos de S.H.I.E.L.D. en busca de trabajo. Uno de los antiguos artilugios con forma de broche en la ropa de Melinda May le sirve a Skye para buscar ondas UHF, para rastrear dónde pueden estar las principales computadoras de la empresa. Al no descubrir nada, le pide a Triplett que le ayuda a buscar en los planos de construcción del edificio, con lo cual descubren que el cuarto piso está prácticamente blindado. Coulson y May logran entrar encargándose de un par de guardias. Pero una vez allí descubren por qué no hay señales electrónicas: todo está guardado en papel en enormes hileras de archiveros. Mientras buscan alguna pista, descubren los archivos dedicados al Proyecto Deathlok, donde se nos revela que el primer ser humano que fue sometido a una reconstrucción cibernética de ese tipo fue el propio John Garrett en 1990. Tras robarse el archivero completo dejándolo caer desde la ventana, los agentes huyen del edificio con la ayuda de Triplett.

Nuevamente en el "Bus", Ward tiene una fuerte discusión con Garrett debido a la orden que este le dio a Deathlok de parar su corazón para así hacer hablar a Skye en el capítulo anterior. John Garrett de pronto se desploma y Ward debe ayudarlo reiniciando sus sistemas cibernéticos. Es entonces cuando su viejo mentor le confiesa que su cuerpo está fallando y que los técnicos de Cybertek no le pronostican más de dos meses de vida.


Mientras tanto, Skye analiza el archivo de Cybertek sobre Garrett, descubriendo el estado de deterioro en que se encuentra. De pronto todas las piezas calzan y el equipo se da cuenta que todo el Proyecto Ciempiés en realidad no buscaba solo crear supersoldados, sino que su principal objetivo era encontrar un suero que lograra estabilizar a Garrett y salvarle la vida. Fitz vuelve a tocar el tema de Ward insistiendo en que de alguna forma está siendo manipulado. Pero todos los demás le dicen que no es así, principalmente Skye y May. Ambas agentes comparten un diálogo muy personal donde la Caballería le confiesa a Skye que aunque no lo aparente, ella está llena de furia contra Ward por haberla engañado y que utilizará toda esa furia para derrotarlo. En ese momento Coulson les informa que Triplett pudo rastrear varios envíos de Cybertek que rebotaron en diferentes partes del mundo para luego ser reenviados a Cuba, país donde May recuerda que hay una base que S.H.I.E.L.D. abandonó tiempo atrás.

Ya en Cuba, Ward y Garrett se encuentran con Ian Quinn en la barbería que sirve de fachada para la base secreta de HYDRA. Allí Garrett le explica a Ward el papel que tomará ahora Quinn, mostrándose ante la opinión pública como el empresario crítico de S.H.I.E.L.D. que fue perseguido y encerrado por esa agencia como represalia por las denuncias que hacía. Con S.H.I.E.L.D. catalogada ahora como una organización terrorista, Ian Quinn puede limpiar su nombre y regresar de manera triunfal para seguir trabajando por los intereses de HYDRA.

Mientras tanto, Ward es llamado por Raina, quien le dice haber encontrado cierta información sobre Skye que no está segura si debe compartir con Garrett. Ward le insiste para que le revele a él qué fue lo que encontró. Ella le responde que entre los archivos del disco duro del habían varios relacionados con la infancia de la hacker. Luego le revela que Skye parece concordar con algo que escuchó alguna vez sobre un pueblo que fue masacrado en la provincia china de Hunan cuando unos monstruos llegaron buscando a una bebé que al parecer fue la única sobreviviente gracias a la intervención de S.H.I.E.L.D. Cuando Ward se aventura a deducir que los padres de la niña fueron víctimas de los monstruos, Raina lo corrige: los padres de la niña eran los monstruos.


Ward decide no decirle nada a Garrett, quien da la orden de abandonar la base y trasladarse nuevamente a Estados Unidos tras enterarse del robo de los archivos en Cybertek. Mientras recogen los equipos, Raina le entrega un pequeño frasco con la fórmula que logró desarrollar a partir de la investigación del GH325.

El equipo de Coulson llega a Cuba y se divide en dos: Fitz y Simmons se dedican a ubicar el paradero del "Bus" mientras que Coulson, May, Skye y Triplett se dirigen a la base de HYDRA. Fuera de la barbería, Triplett descubre que la base ya ha sido evacuada. Pero Skye insiste en que adentro aún hay una señal digital y que con eso basta para activar el gusano en el disco duro. Mientras tanto, Simmons y Fitz encuentran el avión y descubren que se está preparando para despegar. Pero cuando deciden enviar a uno de sus artefactos para poder espiar cuál es su destino, ambos son atrapados por Ward, quien los lleva ante Garrett. Fitz trata de convencer a Ward de que los libere, pero este se mantiene firme. Es entonces cuando Fitz acciona el pulso electromagnético, dañando en sistema de soporte cibernético de Garrett. Simmons y Fitz tratan de escapar, pero el viejo agente manda a Ward a eliminarlos. Al verse atrapados, los dos científicos se encierran dentro de la cámara médica y se niegan a rendirse. En una escena de gran intensidad emocional, Ward expulsa la cámara del avión a pesar de los ruegos de Fitz. Así, ambos personajes quedan abandonados en medio del mar para morir ahogados.


Mientras, Raina trata de salvar a Garrett. Pero al ser claro que no va a sobrevivir, él le pide a ella que le inyecte la nueva fórmula. Al principio Raina duda debido a que no sabe qué clase de efectos secundarios pueda tener, pero Garrett insiste pues no tiene nada que perder. Tras ser inyectado, el viejo agente tiene una poderosa reacción tras la cual su cuerpo parece estabilizarse. Pero cuando Ward le pregunta cómo se siente, este le responde con una gran sonrisa que ahora puede sentir todo el universo.


En la base de HYDRA, Triplett rastrea la señal de computadora. Pero cuando la encuentra, las luces se apagan y de pronto aparecen varios soldados de Ciempiés, uno de los cuales sostiene el Báculo Berserker.

En una última escena después de créditos, Ian Quinn se reúne con un general del ejército y un almirante de la marina a los cuales les vende la tecnología de los supersoldados que pudieron ver en acción con la muerte del narcotraficante en Bogotá. Ante la duda de los militares, Quinn les recuerda que la seguridad de Estados Unidos como potencia se ha visto comprometida debido a la caída de S.H.I.E.L.D. y el resurgimiento de HYDRA. Es entonces cuando los militares acceden a visitar la nueva planta de Cybertek donde se están desarrollando estos nuevos supersoldados.

Así finalizó este capítulo de "Agents of S.H.I.E.L.D.", el cual tuvo sus emociones, aunque no las esperadas. En lo personal creo que la historia que se reveló sobre la relación de Ward y Garrett fue un tanto débil. Que Garrett lo sacara de la cárcel y lo entrenara no parece un hecho tan trascendental para justificar la lealtad ciega de Ward hacia él. El principal punto a favor del episodio fue el ver en acción todos esos artefactos de la maleta del abuelo de Triplett.


¿Cuál será el destino de Simmons y Fitz? ¿Cómo podrá el equipo escapar de la base de HYDRA en Cuba? ¿En qué se convertirá ahora Garrett bajo los efectos de la fórmula de Raina? ¿Y cuál es exactamente el parecido entre Raina y Skye y qué tanto sabe la chica del vestido de flores sobre la hacker? Todas estas incógnitas quedan pendientes para el último capítulo de la temporada, el cual los fanáticos cruzamos los dedos para que no defraude.

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