Agents of S.H.I.E.L.D: Reseña Episodio 18

Para todos los fanáticos que pensaban que la situación no se podía poner peor tras los sucesos de "Turn, Turn, Turn" y la traición de Grant Ward, el episodio 18 de "Agents of S.H.I.E.L.D." titulado "Providence" demostró qué tan equivocados podían estar. No sólo HYDRA continuó su ofensiva contra S.H.I.E.L.D., sino que además esta última organización ha sido condenada por los gobiernos del mundo, poniendo a Phil Coulson y su equipo en una situación bastante precaria.

El capítulo inició con Ward sacando de prisión a Raina, la chica del vestido floreado y líder de Ciempiés, quien evidentemente se mostró bastante sorprendida por la identidad de su liberador. Ward se encarga de llevarla hasta La Habana, Cuba, donde ella por fin conoce en persona a Clarividencia. Es hasta cierto punto divertido ver la desilusión en el rostro de la villana al descubrir que John Garrett es quién está detrás de toda la operación y que Clarividencia solo fue un truco bien montado para engañar a S.H.I.E.L.D. Pero para que su decepción no sea tan grande, Garrett le da la bienvenida dentro de HYDRA, donde podrá continuar con el Proyecto Ciempiés. Cuando ella alega que a pesar de tener los equipos carece del conocimiento necesario debido a su fracaso para descubrir la verdad detrás del Proyecto T.A.H.I.T.I., Garrett la lleva hasta una sala donde están los cuerpos de varios sujetos de prueba a los que se les inyectó los diferentes compuestos que él pudo sacar de la Casa de Huéspedes. Como si fuera poco, Ward le entrega el disco duro de Skye con toda la investigación de Simmons sobre el compuesto en la sangre de Coulson y Skye. Mientras ella se encarga de eso, Garrett y Ward van a aprovechar para atacar y saquear la base más blindada de S.H.I.E.L.D.: el Congelador.


En The Hub, Coulson mira las noticias donde se reporta el ataque contra S.H.I.E.L.D. y la preocupación de los líderes mundiales por lo profundo de la infiltración de HYDRA. Llama la atención que se habla del descubrimiento de experimentos ilegales con humanos que han salido poco a poco a la luz. Skye le lleva a Coulson un reporte de la situación: S.H.I.E.L.D. sólo tiene el control de 3 de sus bases, incluyendo The Hub y el Congelador. Una cifra que sube a 4 después de recibir informes de la recuperación del Cubo (interesante referencia, ya que en los cómics el Cubo es una de las principales prisiones de S.H.I.E.L.D.). Pero antes que el Agente Coulson pueda celebrar, entra una comunicación del Coronel Glenn Talbot (Adrian Pasdar), quien le informa que el ejército de Estados Unidos está tomando el control de The Hub. Conociendo la reputación de Talbot (viejo amigo del General Thunderbolt en sus persecuciones contra Hulk), Coulson activa el Protocolo Odisea, que básicamente es la evacuación total de la base. Con el "Bus" a punto de despegar, Antoine Triplett solicita unirse a la tripulación. Permiso que Coulson niega por haber sido Triplett parte del equipo de Garrett. Él agente insiste en que también fue engañado por su oficial y que no es un traidor, pero es hasta que Jemma Simmons intercede en su favor que Coulson acepta llevarlo a regañadientes.


Mientras Garrett recibe las noticias de la derrota de HYDRA en el Cubo y prepara a sus hombres para el ataque contra el Congelador, Raina interroga a Ward sobre cómo logró engañar durante todo ese tiempo a Coulson y su equipo. Si algún espectador tenía la esperanza de que lo de Ward fuera una actuación y que en realidad estaba sirviendo de agente doble en beneficio de S.H.I.E.L.D., ya puede irse quitando esa idea de la cabeza. En este diálogo descubrimos que Ward conoce a Garrett desde la infancia, y que le debe más a él que a Coulson. Se nos explica cómo aquel Ward recto y bonachón que conocemos es sólo una máscara que utilizó para poder infiltrarse mejor en el equipo. Cada acto de valentía, su romance con May, su interés por Skye... Todo sólo fue siempre una mentira. Bueno, casi todo, porque Garrett sí le echa en cara que se permitiera desarrollar un sentimiento por la hacker. En lo personal este Ward malo y calculador me parece mucho más interesante que aquel chico bueno y heroico.

Sin un plan claro, incapaces de evadir por mucho tiempo los radares, con pocas provisiones abordo y sin la red de S.H.I.E.L.D. para apoyarse, Coulson solo puede apostar por mantenerse en vuelo y evitar que los atrapen. Para tal fin, le ordena a Skye borrar todo registro existente sobre ellos, convirtiéndolos en fantasmas. También le pide que recoja las placas de todos. Esto último es lo que les resulta más difícil a todos pues, como bien dice Skye, los hace sentir que ahora son "agentes de nada". Pero cuando Coulson está guardando todas las placas en la caja fuerte del avión, la suya comienza a iluminarse. Al abrirla, descubre claramente unas coordenadas que, de acuerdo a lo que logra precisar Skye, los lleva hacia el territorio salvaje canadiense. Coulson está seguro que se trata de Nick Fury que está vivo y les está enviando la indicación de algún punto secreto de encuentro. Pero los demás no están tan seguros. Incluso May llega a pedirle su arma al temer que el cerebro de Coulson esté siendo manipulado por HYDRA. Cuando Phil le señala que eso es ridículo pues su operación se hizo en secreto bajo órdenes de Fury, Melinda debe confesarle que hubo alguien más a cargo del Proyecto T.A.H.I.T.I., aunque ella no sabe quién fue. Noticia que evidentemente no pone muy feliz a Coulson. Aún así, se niega a entregar su arma.


Y es aquí cuando la situación se pone aún peor. El ataque al Congelador por parte de HYDRA resulta un éxito gracias a la actuación rápida de Garrett y Ward. John Garrett le explica entonces a Ward que aquel programa mediante el cual S.H.I.E.L.D. se deshacía de los artefactos más peligrosos lanzándolos al sol con cohetes, es una gran mentira. Todo está allí, custodiado en bodegas para su investigación. Y por ello es que HYDRA ha atacado el Congelador. Los hombres de Garrett comienzan a llevarse todo lo que pueden. En pantalla llegamos a ver objetos tan peligrosos como el artefacto que Coulson y su equipo encontraron en Perú o el Báculo Berserker asgardiano. Por si fuera poco, Garrett aprovecha para liberar a todos los prisioneros "especiales" que S.H.I.E.L.D. tenía encerrados en el Congelador. Pero antes de abandonar la base, Ward le tiene una última sorpresa a HYDRA, al revelarles la bóveda secreta en la cual Coulson había ordenado guardar el Gravitonium. Básicamente, ahora HYDRA tiene todo el poder necesario para poner de rodillas al planeta. Y en gran medida deben agradecérselo a Grant Ward.


En medio del bosque nevado canadiense, Coulson lidera a su escéptico equipo hacia las coordenadas señaladas en su placa. La duda y la desconfianza son palpables entre todos e incluso Skye llega a dudar de la cordura del viejo agente. Aunque a diferencia de May, ella se lo achaca a lo traumático de ver todo su mundo reducido a cenizas de la noche a la mañana. Al llegar al lugar señalado, no encuentran nada. Es aquí cuando vemos a Coulson derrumbarse por primera vez, aferrándose desesperadamente a lo que para él significa S.H.I.E.L.D. y a sus tontas esperanzas de que Nick Fury siga vivo. Lleno de frustración, arroja su placa al aire, activando un sistema automático de defensa que abre fuego contra ellos. Tras esconderse detrás de montículos de nieve, Phil Coulson se identifica y de inmediato se abre una entrada secreta en una ladera cercana.


Dentro de la base secreta los recibe el Agente Eric Koenig (Patton Oswalt), quien les explica que esa base es uno de los muchos refugios secretos creados por Nick Fury. Él la llama Providencia, aunque evidentemente no tiene nombre pues técnicamente ni siquiera existe. Cuando Coulson le pregunta por Fury, Koenig les informa que lamentablemente no sobrevivió al ataque en Washington. También les dice de la caída del Congelador, lo que conmociona a Skye, quien está muy preocupada por Ward. Mientras ella trata de comunicarse con él, Eric Koenig tiene una conversación por aparte con Coulson durante la cual se nos revela que aquel lugar existe desde la Batalla de Nueva York contra los Chitauri. Pero Koenig también le revela a Coulson que Fury en realidad sí está vivo, pero que es información que no puede compartir con su equipo ya que sólo lo saben Maria Hill, Captain America, ellos dos y un par de personas más (¿Falcon y Black Widow?).


La llamada de Skye a Ward llega en un excelente momento para HYDRA, pues Raina les informa que la hacker ha colocado un sistema de código encriptado en el disco duro que les impide obtener la información de la investigación de Simmons sin destruirla. John Garrett le pide entonces a Ward que regrese con su equipo y le saque la información a Skye. Si falla, debe matar a los otros miembros del equipo y traerle a la hacker. Para poder darle una coartada creíble, Garrett le da una paliza a Ward. Y así es como el traidor llega hasta Providencia, recibido con gran alegría por Skye quien no tiene ni la más mínima idea de sus verdaderas intenciones.


En una última escena después de créditos tenemos una grata reunión de villanos, cuando Raina lleva a un recién liberado Ian Queen ante John Garrett. Queen se muestra bastante molesto no sólo por el tiempo que tuvo que permanecer en prisión y el hecho de que Garrett casi le arranca la lengua la última vez que se vieron, sino también porque el engaño de Clarividencia lo hizo parecer un tonto. Pero Garrett tiene un as bajo la manga para que el inescrupuloso empresario vuelva a colaborar con HYDRA: la posibilidad de poder finalizar su investigación con el Gravitonium robado del Congelador. ¿Será que pronto podremos ver a Graviton en la serie?


"Providence" continúa el buen ritmo que ha alcanzado esta serie en sus últimos capítulos. Con sólo cuatro episodios para finalizar la temporada (de los cuales 3 ya se transmitieron en Estados Unidos), está aumentando la gran duda de cuál será el futuro de la serie ahora que S.H.I.E.L.D. está dejando de existir e HYDRA ha alcanzado tanto poder.

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