Game of Thrones: Reseña Episodio 18

“The Prince of Winterfell”, episodio 18 de “Game of Thrones”, no fue un episodio lleno de emoción ni tampoco de grandes diálogos entre personajes como el episodio anterior (aunque un par de diálogos sí que fueron memorables). Se podría decir que este fue sólo un capítulo de preámbulo para lo que se vendrá en las dos últimas entregas de la temporada. Algo así como un capítulo puente.

En Qarth, Daenerys le insiste a Ser Jorah Mormont que no pueden dejar la ciudad sin los dragones y le suplica que la ayude a recuperarlos de la Casa de los Eternos. En el Mar Angosto, con la flota de Stannis Baratheon a sólo días de poner sitio a Desembarco del Rey, nos tomamos unos momentos para escuchar la historia del sitio de Bastión de Tormentas por el cual el hermano del fallecido Rey Robert tiene en tan buena estima a un antiguo traficante como lo es Ser Davos Seaworth. Y en las tierras occidentales, Robb y Lady Talisa sucumben ante la pasión que sienten mutuamente. Por cierto que si bien la semana pasada parecía que por fin se revelaría la identidad de ella, ahora se nos plantea una historia bastante coherente sobre su pasado en Volantis. ¿Será que al final Talisa sí es Talisa y nunca llegaremos a oír de Jeyne Westerling en esta serie? (Para los que no conocen este nombre, les queda de tarea)


Pero no todo es felicidad para el Rey en el Norte. Catelyn ha cometido un grave error y ha puesto en una posición muy comprometida a Robb. Aunque Cat es un personaje querido en la serie, uno de sus mayores defectos es que tiende a actuar de manera impulsiva empujada por sus emociones. Ya lo vimos antes cuando hizo prisionero a Tyrion desencadenando el conflicto entre Lannister y Stark en la primera temporada. Ahora, la desesperación de que casi todos sus hijos estén prisioneros la llevó a ayudar a escapar a Jaime Lannister esperando que así sus hijas le sean devueltas. Esto ha enfadado a los abanderados de Robb y este ha tenido que actuar con determinación ordenando el arresto de su propia madre. Y aunque uno desea comprender a Cat y compadecerse de su situación, lo cierto es que esto podría costarles la guerra a los Stark. Lo único bueno de todo esto es que el Matarreyes es escoltado por Brienne “la Bella”, lo que podría dar pie a diálogos interesantes.


Ni a Cat ni a Robb les ha llegado noticia de la muerte de Bran y Rickon pues Theon Greyjoy se encargó de matar a todos los cuervos de Invernalia para evitarlo. El Príncipe de Invernalia está otra vez dividido por el miedo y el enojo que le produce la falta de respeto de sus hombres a pesar de sus acciones. Pero tiene que esperar hasta la llegada de su hermana Yara para escuchar la dura realidad: que él es un idiota. Como ella bien le recuerda, una cosa es tomar un castillo y otra cosa es poder conservarlo. Sin hombres, lejos del mar para recibir refuerzos de su padre y con todo el Norte deseando verlo colgado, solo es cuestión de tiempo para que el “principado” de Theon llegue a su fin. Los diálogos entre los hermanos Greyjoy nos permitieron uno de esos momentos fuertes del capítulo, cuando la dura Yara casi le suplica a su hermano para que abandone tan estúpida pretensión y regrese con los suyos a las Islas de Hierro: “No mueras tan lejos del mar”. Pero Theon está empecinado en ser el idiota más grande de la temporada e insiste en permanecer en Invernalia. Al final del episodio descubrimos que Bran y Rickon siguen vivos, al igual que Osha y Hodor: todos están escondidos en las criptas de los Stark, bajo las propias narices de Theon. ¿Quiénes son entonces los niños muertos y quemados? Los hijos de un pobre granjero. Claro que esto no le resta culpa a Greyjoy por lo que hizo. Sigue siendo un asesino de niños. Pero ahora también se confirma que es un mentiroso y un inútil.


Más allá del Muro no es mucho lo que sucede. Sam, Edd y Grenn descubren un atado enterrado que contiene un cuerno y flechas y lanzas de vidriagón (obsidiana), las cuales datan de la época de los Primeros Hombres, pero están envueltas en una capa de un miembro de la Guardia de la Noche. Mientras tanto, Ygritte lleva a Jon ante Casaca de Matraca, uno de los líderes de los salvajes que gusta de vestir con la última moda en sonoros huesitos y calaveras (de allí su sobrenombre en los libros). Jon descubre que todos sus compañeros murieron, con excepción de Qhorin Mediamano, quien ha sido tomado como prisionero. El viejo explorador parece tener un plan para lidiar con el ejército de Mance Rayder, y Jon es parte importante en él. Pero por lo que se vislumbra, esto podría significar que el noble bastardo tendrá que convertirse en un “agente encubierto” entre los salvajes.


Con Stannis a las puertas de Desembarco del Rey y Robb amenazando desde el oeste, Tywin Lannister ordena ponerse en marcha de inmediato, y le ordena a Arya quedarse en Harrenhal al servicio de “La Montaña” Clegane. Arya no es ninguna bruta y sabe que no le conviene para nada quedarse con ese asesino. Cuando por fin ha tomado la decisión de utilizar el último nombre mortal contra el Señor de Roca Casterly para ayudar a la causa de su hermano, resulta que Jaqen no aparece por ningún lado y Tywin logra irse sin un rasguño. ¡Típico! Evidentemente la niña está enojada y decide desquitarse un poco con H`ghar. Hay que ver la cara de consternación del asesino cuando el último nombre que ella le susurra es el de él mismo. Pero claro, Arya no es ninguna Joffrey y todo se trata de una treta para asegurarse la ayuda de Jaqen para escapar de Harrenhal junto a Pastel Caliente y Gendry. Bien jugado, Arya. Vamos a extrañar esos diálogos inteligentes entre ella y Lord Tywin.


La fuerza del capítulo estuvo en Desembarco del Rey, de la mano del popular Tyrion Lannister. Lord Varis se acerca a la Mano del Rey con lo que parece una actitud amigable y sincera. Incluso le llega a contar de los dragones de Daenerys. ¿Por qué? Pues porque ambos saben que la ciudad está muy mal preparada para aguantar el inminente sitio de Stannis, y ambos aman el juego de poder y no desean quedar fuera tan pronto por culpa del bueno para nada Rey Joffrey. Cosas raras suceden en el corazón de los hombres cuando la muerte anda cerca. Pero el momento cumbre se da entre Tyrion y Cersei, cuando la Reina Regente decide sacar las garras pensando que Tyrion desea que Joffrey combata en primera línea para deshacerse de él de una vez por todas. Puede que Joffrey sea un monstruo, pero también es su hijo. Es así como Cersei amenaza a su hermano revelándole que ya sabe de su amante prostituta y que la ha hecho prisionera. Tyrion logra controlar su desesperación al escuchar esto… y luego debe controlar su alivio cuando se descubre que la apresurada Cersei a la que atrapó fue a la pobre Ros. Tyrion interpreta bien su papel para convencer a su hermana que tiene a la persona correcta y para hacerle ver a Ros que él buscará liberarla sana y salva. Y si bien todo esto fue una actuación para que la Reina no descubriera el error que había cometido, algo de verdad había en las palabras de Tyrion: “Un día llegará cuando pienses que estás a salvo y feliz, y tu alegría se convertirá en cenizas en tu boca. Y sabrás entonces que la deuda ha sido pagada.” Ahora Tyrion sabe muy bien qué está dispuesto a hacer por Shae y a quién está dispuesto a matar.


La próxima semana el fuego caerá sobre Desembarco del Rey y el León se enfrentará al Ciervo en Llamas. ¿Quién ganará? Puede que después del próximo episodio habrá otro rey menos en el Poniente. El final de temporada se acerca. ¿Quién vivirá? ¿Quién Morirá?

Mientras tanto, he aquí el resumen en video del capítulo 18:




Y el adelanto del episodio 19:

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