Agents of S.H.I.E.L.D.: Reseña Episodio 4

"Eye Spy" fue el cuarto episodio de esta primera temporada de la serie de Joss Whedon y Marvel, "Agents of S.H.I.E.L.D.", el cual llevó al Agente Coulson a enfrentarse a una antigua pupila suya: la ex-agente Akela Amador (Pascale Armand), quien fue dada por muerta años atrás después de desaparecer en una misión de S.H.I.E.L.D. que salió muy mal.

El capítulo inicia con una escena en Estocolmo, Suecia, que involucró gran cantidad de hombres con traje y máscaras rojas llevando maletines hacia el metro de la ciudad. Las imágenes de esta escena que se mostraron de previo en la red generaron muchas teorías entre los fans, desde una conexión con HYDRA y su desaparecido líder, Red Skull, hasta una acción del grupo hacker al que Skye está afiliada, Rising Tide, con un uso de máscaras emulando al grupo del mundo real, Anonymous. Pero al final el asunto no fue tan interesante: solo se trataba de una maniobra de distracción por parte de una importante empresa de comercio de diamantes para evitar el robo de un gran cargamento. Medida adoptada después de una serie de extraordinarios robos ocurridos alrededor del mundo y cometidos por una única persona. Está de más decir que la maniobra no sirvió de mucho, pues la ladrona logró eliminar a varios de los hombres enmascarados en uno de los vagones del metro totalmente a oscuras, dejando tras de sí varios cuerpos y una multitud de pasajeros alarmados.


Coulson comienza a investigar el incidente, aunque a Melinda May le parece extraño que S.H.I.E.L.D. se involucre en un caso criminal que no parece estar vinculado con nada extraordinario. Skye insiste en que quizás la ladrona posee habilidades psíquicas extraordinarias y que eso podría haberle permitido ser tan eficaz en medio de la oscuridad, al eliminar a sus blancos sin lastimar a ningún civil. Coulson y May descartan la teoría de Skye de inmediato (algo raro si tomamos en cuenta todas las cosas raras que ve S.H.I.E.L.D. todos los días, como dioses del trueno y enormes monstruos verdes), pero la hacker logra encontrar una foto de celular subida a Instagram por uno de los pasajeros y donde aparece el rostro de la perpetradora.


Es así como Coulson confirma sus sospechas y pone al equipo con rumbo a Bielorrusia siguiendo el rastro de Amador. Mientras Ward y Coulson investigan el paradero de la agente renegada, Fitz, Simmons y Skye logran rastrear una extraña señal de video que parece provenir de la posición de Akela. Pero para su sorpresa, lo que aparece en el video es la camioneta en la que los tres se encuentran, la cual es embestida y enviada fuera del camino. Este ataque lleva a Melinda a decidir que Akela Amador es una agente enemiga, sin importar lo que diga Coulson. Ambas agentes se enfrentan en un hotel en una pelea llena de acción donde "La Caballería" pudo haber sufrido la peor parte si no fuese por la llegada oportuna de Coulson y Ward.


Con Akela en custodia, se revela cómo ella posee un ojo biónico que le permite tener mirada de Rayos-X, pero que también sirve de cámara para quien la controla bajo la amenaza de matarla detonando el dispositivo biónico. De esta manera, Akela Amador se presenta como una rehén permanente de las personas que le habrían salvado la vida tras el operativo fallido años atrás. Personas de las cuáles ella no sabe nada.


Mientras Fitz y Simmons tratan de remover el dispositivo de la cabeza de Akela, Skye intercepta la señal de video y la desvía a unos lentes que lleva el Agente Ward, quien se hace pasar por Amador mientras cumple la siguiente misión encomendada: infiltrarse en una instalación secreta de investigación y llegar hasta una habitación donde varias pizarras enormes están llenas de ecuaciones extrañas (¿extraterrestres quizás?). Ward y Skye logran cumplir la misión y escapar mientras que Fitz y Simmons remueven el dispositivo en el momento justo en que es detonado. Al mismo tiempo, Coulson y May localizan al hombre que le transmitía las órdenes a Akela. Pero cuando tratan de arrestarlo, un dispositivo biónico similar estalla dentro de su cabeza y lo mata. Más tarde descubren que aquel hombre era un agente del MI6 inglés, desaparecido en acción en circunstancias similares a las de Akela, lo que deja abierta la incógnita de quién está detrás de toda la operación.


Este fue un episodio con menos acción que los anteriores, y con un elemento más fuerte con respecto al suspenso de una buena trama de espías. Aún así, se siente una disminución en cuanto a la calidad general del episodio que puede desilusionar un poco. Esperemos que esta no sea la regla y que la serie pueda remontar al nivel de su capítulo piloto, el cual continúa siendo el mejor. El gran misterio de quiénes controlaban a Akela Amador se suma a aquel de quién estaba detrás del Proyecto Cienpiés. Tomando en cuenta el uso de tecnología muy avanzada en ambos casos, todo parece indicar que se está preparando el terreno para la aparición de un jugador importante en la serie, y yo me inclino a pensar que se trata del gran enemigo de S.H.I.E.L.D. en los cómics: HYDRA. Esto sería un gran regreso que parece ya haberse anticipado un poco en el universo cinemático de Marvel. ¿Recuerdan que en "The Avengers" Loki tuvo mucha ayuda en la Tierra y mencionó que S.H.I.E.L.D. posee muchos enemigos?


También el misterio del Agente Coulson parece hacerse cada vez más interesante, pues en una última escena, Amador, con una expresión muy preocupada, le pregunta a una desconcertada Agente May qué le hicieron a Coulson. Y aunque se podría aseverar que esta pregunta nace de la relación de maestro-pupila que existió entre los dos años atrás y lo mucho que llegaron a conocerse, me parece que más bien tiene algo que ver con el hecho de que Akela tenía un ojo de Rayos-X. ¿Será que ella vio algo dentro del cuerpo de Coulson que no debería estar allí? La gran interrogante sigue en el aire y habrá que ver si en el quinto capítulo se arroja más luz sobre el asunto... o si por el contrario se siguen acumulando las preguntas.

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