Los Demonios de Tony Stark

Tony Stark es un personaje de controversia. Ha sido así dentro y fuera de las viñetas. Y así se ha plasmado también en la pantalla grande. Pero la mayor controversia que ha generado la tercera película de Iron Man es un tanto diferente a lo que hubiese cabido esperar. Por un lado, gran parte de la crítica y el público general (si nos guiamos por la taquilla) consideran que "Iron Man 3" es una gran película, incluso llegando a afirmar que es mejor que las dos entregas previas y comparándola con "The Dark Knight Rises" de Christopher Nolan. Por otro lado, los seguidores más fieles del cómic la están destrozando, afirmando que le da giros a Tony que contradicen su personalidad en los cómics; pero sobre todo, acusándola de ridiculizar a uno de los más grandes villanos históricos del héroe. ¿Cuál es mi posición al respecto? Antes de entrar al campo de batalla argumentativo, reseñemos un poco la película (aquí es donde debo hacer la alerta máxima de SPOILER, pues es casi imposible reseñar esta cinta sin tocar elementos que inciden directamente en los puntos de giro de la historia; así que si aún no la han visto, dejen de leer ahora mismo o háganlo bajo su propia responsabilidad).


"Iron Man 3" nos golpea apenas inicia la película, pues la primera imagen que nos muestra son varias armaduras de Iron Man explotando dentro del taller de Tony Stark (Robert Downey Jr). Mientras, la voz del protagonista nos prepara para relatarnos cómo es que se ha llegado a esta escena. Y cuando uno espera retroceder hasta más o menos algún momento inmediatamente posterior a los acontecimientos de "Avengers", resulta que la trama nos lanza más atrás, hasta 1999, durante una conferencia científica y posterior fiesta de Año Nuevo en Suiza, donde Tony (evidentemente borracho) cruza caminos con la botánica Maya Hansen (Rebecca Hall) y con Aldrich Killian (Guy Pearce), fundador de Advanced Idea Mechanics (AIM). Tony está más interesado en llevarse a Maya a la cama que en el trabajo que ella trata de mostrarle: un proyecto llamado Extremis que busca desarrollar la regeneración de miembros para ayudar a lisiados, enfermos y amputados. Pero el proyecto está en una etapa demasiado temprana y gracias a la accidental intervención del guardaespaldas de Tony, Happy Hogan (Jon Favreau), descubrimos que los sujetos de estudio se vuelven molecularmente inestables y explotan. Por su parte, Aldrich busca el apoyo del Industrias Stark para su recién fundada empresa, pero lo único que consigue es que Tony le vea la cara de idiota al hacerlo esperar en la azotea del hotel durante toda la noche. A la mañana siguiente, Tony abandona la habitación de Maya dejándole escrita una posible solución para la inestabilidad de su fórmula. Sin saberlo, Tony Stark ha sembrado esa noche la semilla de los demonios que volverán a acosarlo en el futuro, como él mismo nos narra.


Años más tarde, un Tony Stark víctima de estrés postraumático tras la batalla en Nueva York se recluye en su mansión de Malibú, construyendo armadura tras armadura, mientras Industrias Stark es dirigida por Pepper Potts (Gwyneth Paltrow) con la ayuda de Happy, quien es ahora el jefe de seguridad. Al mismo tiempo, Estados Unidos se ve amenazado por un terrorista que se hace llamar The Mandarin (Ben Kingsley), quien efectúa varios ataques contra blancos civiles y militares en el extranjero y dentro de territorio estadounidense bajo la idea de "educar" al Presidente Ellis (William Sadler) y al pueblo norteamericano. Tony acude a su viejo amigo Rhodey Rhodes (Don Cheadle) para que le explique por qué el gobierno no ha solicitado la intervención de Iron Man. Pero pronto se hace evidente que para el Pentágono, Tony ya no es de fiar, debido a los ataques de pánico que sufre. El ejército le ha dado una nueva armadura a Rhodes, quien deja atrás el nombre de War Machine para llamarse Iron Patriot y dar caza al Mandarin.


En Industrias Stark, Aldrich Killian reaparece para intentar hacer un trato con Pepper respecto al proyecto Extremis, el cual es parte ahora de AIM. Aunque Pepper rechaza el negocio, se muestra admirada ante la nueva imagen de Killian, quien ya no padece la lesión que le hacía cojear años atrás. Happy sospecha de las intenciones de Aldrich con Pepper y del guardaespaldas de este, Eric Savin (James Badge Dale). Tras seguir a este último hasta el Teatro Chino de Los Ángeles, descubre cómo le da una sustancia a otro hombre que se la inyecta de inmediato. El intento de Happy por robar la sustancia lo lleva a una pelea con Savin, durante la cual descubre que este tiene la capacidad de regenerarse. Antes de poder reaccionar, el otro hombre se vuelve inestable y explota, causando gran destrucción y dejando múltiples heridos graves, entre ellos Happy. Después que The Mandarin se adjudica el ataque, Tony Stark lo amenaza a través de las cámaras de televisión. Una acción que mete a Iron Man en un conflicto directo y peligroso contra el villano, al mismo tiempo que Tony busca comprender cuál es la relación entre una empresa norteamericana de alta tecnología como AIM y un terrorista radical como The Mandarin.


La película es dirigida en esta ocasión por Shane Black, lo que permitió a Jon Favreau divertirse más encarnando a Happy, según sus propias palabras. El reparto incluye también a Stephanie Szostak como la soldado extremis Ellen Brandt, Ty Simpkins como Harley (un niño que ayuda a Tony), Miguel Ferrer como el Vicepresidente Rodríguez, y Paul Bettany nuevamente como la voz de JARVIS. Además, como ya es tradición, hay un cameo con Stan Lee y una escena después de los créditos donde aparece Bruce Banner, interpretado por Mark Ruffalo. A esto hay que añadirle el cameo del personaje de Yinsen (Shaun Toub) durante la fiesta de 1999, lo que es un excelente guiño para los fanáticos pues esto había sido mencionado por Yinsen durante el cautiverio que compartió con Tony en Afganistán en la primera película de Iron Man.


"Iron Man 3" está concebida como una película de cierre, pues aún no hay ninguna negociación con Downey Jr para interpretar al superhéroe más allá de la segunda cinta de Avengers. Esa sensación de cierre es la que impulsa al personaje principal a lo largo de la trama. Y para sorpresa de muchos, buena parte de la cinta Tony se las tiene que arreglar sin su armadura, demostrando que el héroe es realmente el hombre dentro del traje. Pero para alcanzar dicho punto, primero debe caer y verse privado de sus recursos, teniendo que valerse únicamente de su ingenio. En esto, "Iron Man 3" nos logra dar a un Tony Stark que lucha por ser el héroe que se espera de él. Y es esta maduración del personaje uno de los primeros elementos que enoja a los fanáticos comiqueros más puristas. Reacción similar a la que provocó en algunos la "muerte" de Batman al final de "The Dark Knight Rises". La transformación psicológica del héroe se plasma al final de la cinta con una transformación física que también ayuda a transmitir la idea de cierre.


En cuanto a la acción, la trama se presta para su buena dosis, en gran parte por el personaje de Aldrich Killian y sus soldados Extremis, los cuales resultan ser adversarios bastante duros para Iron Man. El enfrentamiento final entre los Extremis y un ejército de armaduras manejadas en remoto por JARVIS está muy bien montada para llevar la película a su mejor clímax. Toda esta acción no impide que la película esté plagada de esas notas de humor bien características del Tony Stark de Robert Downey Jr. Y aunque los detractores de esta cinta acusan a Shane Black por haber exagerado con la comedia, yo difiero totalmente. El trabajo de Black para mí es muy similar al de Favreau, haciendo que en realidad no se llegue a sentir el cambio de director. Aunque es muy posible que la parte más cómica que se critica sea precisamente la que genera más anticuerpos hacia esta película por parte de muchos comiqueros: The Mandarin (Aquí viene el SPOILER).


Durante los meses de espera de "Iron Man 3", todo el mercadeo de la película nos llevó a centrar nuestra atención en un gran villano (para algunos, Él villano): The Mandarin. Su primera aparición fue en "Tales of Suspense #50" en febrero de 1964. Es un científico y maestro de artes marciales cuyos grandes poderes provienen de los anillos mágicos que porta, origen del nombre de su organización Los Diez Anillos con la cual busca el dominio del mundo. En el universo cinematográfico Marvel, Los Diez Anillos ya habían aparecido en la primera película de Iron Man, siendo los responsables del secuestro de Tony en Afganistán. Incluso algunos pensamos en aquella oportunidad que estábamos ante un posible origen para The Mandarin en el personaje del líder del grupo interpretado por Faran Tahir. Cuando se anunció a Ben Kingsley como quien caracterizaría al personaje para "Iron Man 3", aún se especulaba alguna conexión con Los Diez Anillos de la primera película. Esta idea parece fortalecerse al avanzar "Iron Man 3", pues vemos la simbología de Los Diez Anillos como elemento recurrente en las transmisiones que realiza The Mandarin. Pero hay algo que no calza. Algo en la excesiva teatralidad utilizada por el villano, el cliché del terrorista islamista del centro de Asia... Y es cuando la película nos golpea con un punto de giro que definitivamente no vemos venir. Una revelación que explica tanta teatralidad, pero que a la vez hace que The Mandarin pierda toda su fuerza como villano, todo protagonismo. Esto es lo que detestaron los más acérrimos fanáticos del cómic. Y yo hubiese sido uno de ellos. Pero resulta que este giro inesperado le da coherencia a elementos que simplemente no nos estaban calzando en la historia, genera un discurso fuerte sobre el origen del terrorismo y prepara el escenario para que el verdadero artífice de todo tome su lugar como el gran adversario a derrotar durante el clímax de la película. De verdad que entiendo a los fanáticos que se pueden haber enojado, pero siento decirles que lo que hace que "Iron Man 3" funcione excelente como película es ese punto de giro. Lo siento, pero así es.


"Iron Man 3" evidentemente tiene sus debilidades (por ejemplo, ¿dónde está S.H.I.E.L.D. mientras un súper villano utiliza un ejército de súper soldados? ¿Ese no es el tipo de cosas que interesan a Nick Fury y a su gente?). Pero haciendo un balance general, para mí es mejor que las entregas previas. Un buen cierre para Iron Man que hace que uno salga de la sala de cine satisfecho y deseando que Marvel firme un nuevo contrato con Robert Downey Jr. Por ahora, a esperar "Avengers 2" para volver a ver a un heroico Tony Stark, que ha enfrentado a sus demonios internos, los ha derrotado y ahora puede decirnos sin temor a duda que más allá de la armadura, él sí es Iron Man.

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