Game of Thrones: Reseña Episodio 28

Por fin se realizó en Poniente una de las 4 bodas que están pactadas entre las grandes Casas para afianzar poder, asegurar tropas e inclinar favorablemente la balanza de la guerra. Y como era de esperarse en una boda así, lo que más sobraron fueron las caras largas y lo que más faltó fue la felicidad. Pues en el mundo de "Canción de Hielo y Fuego" no hay tal cosa como "vivieron felices para siempre". "Second Sons" fue el título de este episodio 28 de "Game of Thrones" y antes de entrar en detalles de la boda, comencemos con otras historias que también se abordaron durante este capítulo.

Arya quiso aplastarle el cráneo al Perro Clegane con una roca mientras dormía. Pero resulta que El Perro no estaba durmiendo y más bien tenía toda su atención en su prisionera. El curtido guerrero le aconseja que si lo va a golpear, se asegure de matarlo de un solo golpe, porque si no, él le quebrará ambas manos a ella. La pequeña Stark reconsidera el asunto y prefiere ahorrarse el dolor. Mientras ambos cabalgan, Clegane le asegura a Arya que tiene suerte de no haber sido encontrada por alguien peor. Cuando la niña le responde que no hay nadie peor, él le recuerda a su querido hermano, La Montaña Clegane. Y todo este diálogo nos lleva a la sorpresa de Arya al toparse con un río caudaloso. Ella deduce que se trata del Aguasnegras, pues no le cabe la menor duda que Clegane la lleva de regreso a Desembarco del Rey con la reina y con el maldito de Joffrey. Pero resulta que no. El río es el Forca Roja, uno de los afluentes del Tridente, pues van rumbo a Los Gemelos. El Perro la lleva con su madre y su hermano, pues considera que de ellos puede obtener una mejor recompensa. Después de todo, parece que Arya se reunirá con los suyos gracias a la persona menos pensada.


Mientras, en Rocadragón, Gendry se reúne por primera vez con su tío Stannis. Y como es típico del Rey en el Mar Angosto, el soberano es todo alegría y felicidad: "Mitad sangre de Robert, mitad baja estirpe", mientras le mira el rostro como si estuviera revisándole los dientes a un caballo. Melisandre es mucho mejor anfitriona y le manda a preparar un cuarto elegante y con buen fuego. Pero todo es una trampa, tal como le explica la sacerdotisa a Stannis. Hay que evitar que el cordero mire el cuchillo antes del sacrificio. Todo esto hace que Stannis le haga una visita a Ser Davos en el calabozo. Y aunque el Rey no quiere decirlo, su Mano sabe por qué está allí: Stannis Baratheon no se siente bien sacrificando a un joven inocente que no le ha hecho mal alguno. Pero el poder de Melisandre es grande y tras la visión que tuvo en el fuego sobre una gran batalla en la nieve, Stannis no se siente capaz para dudar que el Dios Rojo sea el dios verdadero. En su recámara, Gendry recibe la visita de Melisandre, quien pronto se desnuda y comienza a desvestir al muchacho. Hay que concedérselo a la Mujer Roja: ¡vaya que tiene formas excelentes de convertir a los hombres a su causa! Pero resulta que ella solo quería a Gendry bien atado a la cama para ponerle una enorme sanguijuela en el pecho, otra en el abdomen y la última en... ¡Auuuuch! ¿Qué les pasa a los productores de "Game of Thrones"? Primero se lo hacen a Theon y ahora a Gendry. ¿A quién se le ocurren estas ideas tan sádicas? Stannis y Davos entran a la habitación mientras la sacerdotisa recoge sus sanguijuelas gorditas y listas para el fuego. Parece que todo ese dolor para Gendry es una estrategia de Davos para ganar tiempo y salvarle el pellejo (¡Con ayuda como esa...!). El Caballero de la Cebolla ha convencido al Rey de que antes de permitir el sacrificio, Melisandre debe demostrar que realmente hay poder en la sangre real, tal como pregona. ¿En qué consiste dicha prueba? Stannis arroja al fuego las sanguijuelas mientras pronuncia el nombre de sus tres contrincantes por el Trono de Hierro: Balon Greyjoy, Robb Stark y Joffrey Baratheon.


Por puro desconocimiento de lo que pasa en el Oriente, Daenerys Targaryen quedó fuera del conjuro mortal de Melisandre. Pero eso no significa que las cosas estén fáciles para la khaleesi. Ser Jorah Mormont y Ser Barristan Selmy la acompañan a conocer los "poderosos amigos" de los que se jacta la ciudad de Yunkai. Se trata de un importante ejército de mercenarios conocidos como los Segundos Hijos: aproximadamente 2000 jinetes y soldados cuyas espadas están al servicio de quien mejor les pague. Y al parecer, Yunkai les está pagando bien para enfrentarse y derrotar a Dany. Aunque los 8000 Inmaculados de la Madre de Dragones siguen siendo un número superior a los mercenarios, Daenerys envía a Gusano Gris a pactar una reunión con los capitanes de los Segundos Hijos para ver si puede comprar su lealtad y así evitar el conflicto. Tres son los capitanes que visitan a Dany: el hosco Prendahl na Ghezn, el galante Daario Naharis y el impertinente Mero a quien llaman El Bastardo del Titán y quien demuestra tener más de bastardo que de titán (con perdón de Jon Nieve). Desde el primer momento en que entra a la tienda de Daenerys, Mero, el principal de los tres, se dedica a hacerle comentarios obscenos e insultantes, los cuales la khaleesi soporta con serenidad, mostrándose más altiva que su vulgar invitado. Claro que eso no evita que al fracasar la negociación y marcharse los mercenarios, ella le pida a Ser Barristan que de llegar a darse una batalla, él se encargue de que el primero en morir sea Mero. Algo a lo que Ser Barristan el Bravo responde que hará con mucho placer.


Pero los mercenarios tienen otros planes. Los tres capitanes no son nada tontos y saben contar lo suficientemente bien como para darse cuenta que están en desventaja numérica ante el ejército de Daenerys. Es por ello que deciden que lo mejor es infiltrarse en su campamento y asesinarla durante la noche. Los mercenarios sortean a quién le tocará tan peligrosa misión y el destino hace que la suerte recaiga en Daario Naharis. Este se viste de Inmaculado y logra llegar hasta donde Daenerys toma un baño con la única compañía de Missandei. Todo parece apuntar a que este será el final de la khaleesi, pero Daario revela que no pretende matar a Dany pues la considera muy bella. Ante la sorpresa de esta y la pregunta de qué dirán los otros dos capitanes al respecto, Naharis abre una alforja de donde saca las cabezas cercenadas de Mero y Prendahl. Ahora los Segundos Hijos están también bajo el estandarte de la última Targaryen y parece que Yunkai pronto sufrirá la misma suerte de Astapor.


Ahora sí. Hablemos de la boda que se llevó acabo en Desembarco del Rey. Tyrion Lannister y Sansa Stark contrajeron nupcias en un ambiente digno del mejor funeral. La ceremonia se realizó en el Gran Septo de Baelor ante un grupo selecto de invitados entre los que estaban los Lannister, los Tyrell, el Consejo Real... y el miserable del Rey Joffrey. Ante la falta del padre de Sansa, fue su propio ejecutor el que se encargó de llevarla al altar simplemente para mortificarla. Y también el novio recibió su cuota de humillación cuando Joffrey se llevó la escalerilla que este iba a utilizar para colocar la capa ceremonial sobre los hombros de su esposa. Llegado el momento, un angustiado Tyrion trataba de alcanzar inútilmente los hombros de Sansa, mientras las risas comenzaban a escucharse entre los asistentes... brevemente. Una mirada fría de Lord Tywin bastó para que todos los presentes entendieran claramente que la Mano del Rey no iba a permitir las burlas contra ningún miembro de su familia, ni siquiera contra Tyrion. Solo Joffrey siguió riendo la gracia.


Un momento tenso previo a la ceremonia se dio cuando Margaery Tyrell se acercó a Cersei tratando de parecer cordial y la tomó del brazo llamándola hermana. La Reina Regente decide contarle entonces la historia detrás de la canción de "Las Lluvias de Castamere", sobre cómo su padre masacró a los miembros de la Casa Reyne cuando estos se rebelaron contra él buscando ser más que los Lannister. Por un momento Cersei se logra parecer a su padre con esta amenaza velada contra su rival... Pero luego pierde toda elegancia a lanzarle una advertencia directa e imprudente: "Vuelve a llamarme hermana y haré que te estrangulen mientras duermes".

La fiesta posterior a la boda no fue más amena. Entre el hastío de Margaery y Ser Loras por los reproches y burlas de su abuela por el fracaso ante los Lannister, el enojo de Lord Tywin por el evidente estado de ebriedad de Tyrion y la clara amargura de Sansa, parece que el único que más o menos se estaba divirtiendo era Joffrey. Sobre todo cuando amenazó a Sansa con colarse durante la noche en la recámara nupcial mientras su nuevo esposo durmiera la borrachera para violarla con ayuda de la Guardia Real. Acto seguido el muy miserable quiso celebrar la tradicional ceremonia del encamamiento solo para humillarla más. Pero es aquí cuando Tyrion interviene negándose a ello. Joffrey no es alguien que aguante que se le niegue algo, y la negativa de su tío lleva a un enfrentamiento verbal donde a Tyrion se le va la mano y amenaza con cortarle la virilidad al Rey delante de todos los invitados. No hay que ser muy inteligente para darse cuenta que amenazar al monarca no fue nada prudente. Ante la ira de Joffrey y el asombro de los demás invitados, Lord Tywin interviene haciendo ver que su hijo está demasiado ebrio. El Gnomo capta la indirecta y, haciéndose más borracho de lo que realmente estaba, se disculpa y se marcha en compañía de su flamante esposa.


La orden de Tywin Lannister a Tyrion es que debe consumar su matrimonio esa misma noche, y el Gnomo se lo hace saber a Sansa. La atemorizada Stark sigue el consejo que su esposo le dio antes de la boda y bebe un buen trago de vino para poder soportar lo que se avecina. Mientras ella comienza a desnudarse, se hace evidente que la conciencia de Tyrion no le permite llevarse a la cama a una niña de solo 14 años contra su voluntad. De inmediato él le pide que se detenga y le promete que no compartirá el lecho con ella hasta que Sansa así lo quiera. Cuando ella le pregunta qué pasará si nunca llega a quererlo, el Gnomo responde amargamente recitando parte del juramento de la Guardia de la Noche. Lo único positivo para Tyrion es que a la mañana siguiente Shae se da cuenta que él y Sansa no compartieron el lecho. Quizás ahora sí lo perdone.


La acción de este episodio 28 terminó más allá del Muro, donde Sam Tarly, Gilly y el bebé se refugian en una cabaña abandonada cerca de un árbol arciano donde hay posados un par de cuervos. Mientras Sam y Gilly procuran encender un fuego, se da una conversación entre ambos acerca de un posible nombre para el niño. Gracias a esto ambos se dan cuenta de otra cosa que tienen en común: un padre cruel. La charla se ve interrumpida por la llegada de muchos más cuervos al arciano. Cuando Sam sale a investigar, se topa con la llegada de un Caminante Blanco. Aunque el miedo es enorme, el leal Sam se interpone con su espada para que el espectro no se lleve al bebé de Gilly. Claro que una espada normal es de poca efectividad contra un Caminante Blanco y este hace que la hoja estalle en pedazos. Desesperado, Sam le clava la punta de lanza de vidriagón que encontró en el Puño de los Primeros Hombres. Y es aquí donde pasa lo increíble. El Caminante Blanco lanza un terrible alarido y se resquebraja convirtiéndose en escarcha que se lleva el viento. Samwell Tarly, el más improbable hermano de la Guardia de la Noche, ha matado a un Caminante Blanco. Pero no hay tiempo para celebrar y Sam y Gilly escapan a toda velocidad seguidos por la bandada de cuervos.


Este domingo viene el muy esperado noveno episodio de la tercera temporada: "The Rains of Castamere". Me muerdo la lengua y contengo mis dedos para no revelar lo que viene. Solo les voy a decir que es un capítulo impactante que no querrán perderse. Mientras tanto, aquí está el adelanto:

http://www.youtube.com/watch?v=69FD2bp71E4

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