El Reto de Cambiar el Pasado

¿Cómo cambiar los errores del pasado para asegurar el futuro? Este parece no ser solo el eje de la trama de la nueva película de la saga mutante de Marvel, "X-Men: Days of Future Past", sino también el reto personal que asumió su director, Bryan Singer. Recordado por la dirección de "X-Men" y "X-2" de la trilogía original, muchos fanáticos también culpan a su retiro de la franquicia por la caída en desgracia de la misma tras la decepción que significó "X-Men: The Last Stand" en 2006. Aún peor, el retiro de Singer se debió a que tomó el proyecto avanzado de "Superman Returns", el cual terminó siendo otra enorme decepción comiquera. Por todo esto se puede decir que "Days of Future Past" era la oportunidad que el director necesitaba para hacer las pases con su público fandom. Y lo logró. Basada en el arco argumental publicado en las páginas de "The Uncanny X-Men" en sus números 141 y 142 de 1981, la cinta aprovecha el argumento del viaje en el tiempo para unir de manera formidable a los dos elencos cinematográficos mutantes: el de la trilogía original y el de la exitosa "X-Men: First Class" de Matthew Vaughn, siendo "Days of Future Past" una especie de secuela tanto para esta última película como para "The Last Stand". Así Singer asumió el reto de tratar de conciliar las muchas inconsistencias entre ambas versiones.


La acción inicia en el futuro cercano, en un mundo arrasado por una larga y cruenta guerra entre humanos y mutantes donde el arma decisiva han sido los robots Centinelas, diseñados por Trask Industries para identificar y exterminar mutantes. En esta tarea los últimos modelos avanzados han sido los más eficaces, pues pueden adaptarse al poder de cada mutante que enfrentan, asimilándolo y utilizándolo en contra de otros mutantes. En un cierto momento de la guerra los Centinelas comenzaron a eliminar también a aquellos humanos cuyo ADN era propenso a engendrar una descendencia mutante. También dieron caza a los humanos que salieron en defensa de los mutantes. El resultado fue la destrucción de la mayoría de las grandes ciudades, campos de concentración con miles de presos y fosas comunes donde los muertos se entierran por docenas cada hora. En medio de este mundo autoritario de pesadilla, Bishop (Omar Sy) dirige una pequeña resistencia mutante. Durante una incursión entre las ruinas de Moscú, el grupo es atacado por los Centinelas y casi todos son aniquilados. Pero Kitty Pryde (Ellen Page) logra utilizar su poder para enviar la conciencia de Bishop de regreso a su cuerpo unos días en el pasado, con lo cual el líder mutante puede advertir a los suyos y evitar caer en la trampa.


Gracias a esto la resistencia es rastreada por el Profesor Charles Xavier (Patrick Stewart) hasta un antiguo monasterio budista en las montañas de China. El profesor se reúne con ellos en compañía de Magneto (Ian McKellen), Storm (Halle Berry) y Wolverine (Hugh Jackman). Allí le expone a Bishop y los suyos su último plan para evitar la extinción inminente de los mutantes. Todos los acontecimientos que han llevado a esta guerra se pueden rastrear a un suceso específico en 1973, cuando Mystique (Jennifer Lawrence) mató al empresario, científico y activista anti-mutante Bolivar Trask (Peter Dinklage) durante la conferencia de paz en París que dio por finalizada la Guerra de Vietnam. A raíz de dicho asesinato, el presidente Richard Nixon (Mark Camacho) autorizó a Trask Industries el desarrollo del programa de Centinelas para enfrentar la amenaza mutante. Aún peor, el arresto de Mystique le permitió a la empresa investigar su mutación camaleónica, base de la tecnología que décadas después permitió la fabricación de los Centinelas avanzados. El plan de Xavier consiste en utilizar los poderes de Kitty para viajar a su cuerpo más joven y evitar que Mystique mate a Trask. Pero cuando Kitty le explica que enviarlo tantos años en el pasado puede incluso llegar a matarlo, queda claro que el único que puede soportar semejante viaje es Logan debido a su poder de regeneración.


Así, mientras Bishop y los demás mutantes se preparan para enfrentar la inminente llegada de los Centinelas, Kitty envía a Wolverine a su cuerpo de 1973. La primera tarea que debe afrontar es buscar al Xavier más joven (James McAvoy) quien vive sumido en la depresión en la Mansión X, bajo los cuidados de Beast (Nicholas Hoult). Quien será el mentor de los X-Men ha perdido la esperanza desde que quedó inválido y Mystique lo abandonó al final de "First Class". Beast ha creado un suero que le permite volver a caminar, pero también le anula todos sus poderes psíquicos. El segundo gran reto de Wolverine es convencer a Charles de detener a Mystique para salvar el futuro, para lo cual necesitarán también la ayuda de Magneto (Michael Fassbender), quien se encuentra encerrado en una celda bajo el Pentágono por su supuesta participación en el asesinato de John F. Kennedy.


El resto del elenco lo conforman Shawn Ashmore como Iceman, Daniel Cudmore como Colossus, Evan Peters como Quicksilver, Fan Bingbing como Blink, Adan Canto como Sunspot, Booboo Stewart como Warpath, Josh Helman como el Mayor William Stryker, Lucas Till como Havok, Evan Jonigkeit como Toad y Gregg Lowe como Ink. Además se dan breves cameos de Kelsey Grammer como Beast, Anna Paquin como Rogue, Famke Janssen como Jean Grey y James Marsden como Cyclops. En una escena después de créditos aparece también Brendan Pedder como En Sabah Nur, el poderoso mutante mejor conocido como Apocalypse.


Como se puede notar, la gran mayoría de los mutantes de la trilogía original llegan a aparecer en esta cinta, así como muchos de los mutantes más importantes de "First Class". Ciertamente hay unas ausencias llamativas. Pero en los casos de Emma Frost, Angel Salvadore, Banshee y Azazel pronto descubrimos que murieron en manos de Bolivar Trask, quien ha estado conduciendo investigaciones clandestinas en mutantes con la intención de perfeccionar a sus Centinelas. Este villano podría ser bastante interesante debido a la decisión de Bryan Singer de escoger a Peter Dinklage para el papel. Trask en los cómics es una persona físicamente normal, cuyo discurso de odio contra los mutantes se sustenta en su creencia de que estos significarán la extinción de la humanidad. En la película, al hacer a Trask como un personaje que sufre de enanismo, uno podría aventurarse a creer que una incapacidad de aceptarse a sí mismo y un odio hacia lo diferente es lo que impulsa a este villano. Desgraciadamente uno de los fallos que se le pueden achacar a "Days of Future Past" es su manejo tan superficial del oponente principal, desaprovechando todas las capacidades actorales de Dinklage. No hay un diálogo memorable para Bolivar Trask y su mejor momento emocional en escena es cuando realmente no es él, sino Mystique haciéndose pasar por él.


Mayor protagonismo llega a adquirir William Stryker, un viejo enemigo de Wolverine a quien ya conocemos en el futuro como el contrincante principal de "X-2" y "X-Men Origins: Wolverine". Aquí Stryker es aún joven pero ya comparte el discurso de odio de Trask. Particularmente interesante es su primer encuentro con Logan, donde Wolverine al reconocerlo se ensaña contra él sin que Stryker logre comprender la razón, pero quedando impresionado por este mutante en específico. ¿Será que así Wolverine trazó su propio destino sin quererlo?

Del lado de los mutantes cuatro son los grandes protagonistas de la historia. La relación entre Xavier y Magneto sigue siendo uno de los grandes ejes de la saga mutante, con la visión contrapuesta de ambos sobre cual debe ser la respuesta adecuada de los suyos ante el temor y el prejuicio de los humanos. Esta confrontación de ideas está más exacerbada por el resentimiento que Charles Xavier guarda contra Magneto por haber convertido a su amada Raven en la asesina Mystique al adoctrinarla en su guerra contra la humanidad. Y si a esto se le suma lo del asesinato de Kennedy... En contraposición, los Charles y Magneto del futuro han dejado de lado todos sus conflictos al unirse con el fin de salvar a mutantes y humanos por igual contra los Centinelas. Cómo los primeros llegaron a convertirse en los segundos es uno de los elementos de la trama que más lo envuelve a uno como espectador. Aunque, evidentemente, no se llega a completar en esta película. Después de todo es algo que tardará toda la vida de ambos para suceder.


Los otros dos grandes protagonistas de la historia son Mystique y Wolverine. La primera por el papel fundamental que tiene en los eventos que marcarán el futuro. El segundo como encargado de evitar que dicho futuro se cumpla. Con el regreso de Singer a la dirección de la saga mutante, Wolverine vuelve también a convertirse en el gran personaje protagonista, para gran satisfacción de sus muchos fanáticos. Un cambio interesante tras el breve cameo que tuvo en "First Class" (evento que por cierto el joven Charles Xavier recordó para mandar al carajo a Logan de la misma manera en la que él los mandó al carajo a Magneto y a él cuando intentaron reclutarlo). Claro que este Wolverine es aún un Logan previo a Stryker y por tanto sin adamantium. Pero aún con las garras de hueso sigue siendo el guerrero brutal que a todos nos encanta.


En cuanto a Mystique, su historia se transforma bastante debido a la intervención de Wolverine. Tras enterarse del papel que ella tiene en el casi exterminio de los suyos, el joven Magneto no tiene reparos en intentar eliminarla a pesar de la total lealtad de ella hacia la causa mutante. Por supuesto que esto llega a tener fuertes consecuencias cuyas repercusiones pueden transformar muchas cosas en la historia de esta mutante, empezando por el papel que adopta hacia el final de la cinta donde más bien se le percibe como una anti-heroína y ya no como villana.


Otros mutantes tienen también su cuota de buenos momentos. Uno de ellos es Beast, quien se convierte en un verdadero sidekick para Charles durante toda la historia. Dinámica que por fin nos justifica aquella fuerte amistad entre ambos que se nos presentó durante "The Last Stand" pero que nunca se nos había llegado a explicar en detalle. Pero uno de los mutantes que más logra robar cámaras es Quicksilver. Aunque, haciendo honor a su nombre, su participación en la película fue algo rápida. La escena de la fuga de Magneto del Pentágono está construida expresamente para que este personaje se luzca, llegando a un clímax con una hilarante secuencia de cámara congelada donde el rápido mutante aprovecha su poder para encargarse de varios guardias, literalmente en un abrir y cerrar de ojos. Y claro, Singer no desaprovecha para lanzar un guiño sobre quién es su padre y sobre su hermana Wanda, mejor conocida en los cómics como la poderosa Scarlet Witch.


Entre los mutantes del futuro, es justo el papel esencial que se le da a Kitty Pryde en la historia, pues en el cómic original es ella quien hace el viaje en el tiempo. Bishop es otro gran personaje, aunque es una lástima que no se le haya dado mayor protagonismo. Otra nueva mutante que logra robarse las secuencias de acción es Blink, cuyo poder de abrir teleportales le da un maravilloso dinamismo a todas las escenas de lucha contra los Centinelas, combinando sus poderes con los de todos sus otros compañeros de una forma totalmente hermosa en pantalla.

Efectos visuales es lo que más tiene esta película. Y a los más exigentes en cuanto a acción, "Days of Future Past" no los va a defraudar. Especial mención merece toda la secuencia final durante el enfrentamiento en la Casa Blanca, donde Magneto hace alarde de todo su poder de una manera aún mejor que cuando desvió todos aquellos misiles en la playa de Cuba al final de "First Class".


Pero más allá de los efectos especiales o las grandes secuencias, uno de los mayores logros de Bryan Singer con "Days of Future Past" es cambiar el pasado... más o menos. Hasta antes de esta película la trilogía original parecía no calzar dentro del nuevo panorama creado por "First Class". Era difícil no ver aquellas 3 primeras películas sin pensar que la cinta de Matthew Vaughn las dejaba inevitablemente en un segundo plano. Y en especial a "The Last Stand", el patito feo de la saga que ningún fan quería recordar. Sin embargo, ahora todo cambia. La trilogía original vuelve a tener relevancia, pero las inconsistencias o las cosas que no nos gustaron ya no son importantes. Al cambiar el pasado se nos explica que todo aquello era una línea temporal que ha sido transformada. Una realidad alternativa importante para entender "Days of Future Past" pero que ha dejado de existir. Hemos retrocedido en el tiempo y todo lo que se haga a partir de ahora puede ser nuevo, aprendiendo de los errores que se cometieron y mejorando la historia. En otras palabras, al reescribir su pasado, Bryan Singer ha asegurado el futuro de la saga de X-Men. Solo por eso, se merece mis respetos.

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