Harry Potter sin Hogwarts

Desde que la saga literaria del niño mago, escrita por JK Rowling, llegó a la gran pantalla en el 2001, los fanáticos del Mundo Mágico siempre tuvieron tres cosas bien seguras, película tras película: Harry Potter siempre encontraría refugio en el Colegio Hogwarts, siempre estaría el Profesor Dumbledore cerca para apoyarlo, y siempre habría un final feliz. Sin embargo, con la primera parte de "Harry Potter and the Deathly Hallows" llegó el momento para dejar atrás toda seguridad.

Para quienes somos seguidores de los libros, parecía que la última película no tendría mayor sorpresa. Casi que toda discusión se resumía a dos únicas interrogantes: ¿dónde se daría el corte entre las dos partes? ¿Y si el director David Yates utilizaría la visión sombría y abrumadora del último libro o la suavisaría un poco? Esto último debido al final de la película anterior, "Harry Potter and the Half-blood Prince", donde el director decidió eliminar inexplicablemente el enfrentamiento entre los Mortífagos y los miembros de la Orden del Fénix tras el asesinato de Dumbledore. De esta manera, ya al final de aquella película se nos eliminaba la primera de las tres certezas que han acompañado a Harry en sus aventuras, y se nos esbosaba el final de la segunda certeza.


La película inicia con la visión de un Mundo Mágico consternado tras el asesinato de quien fuera el mayor mago de la modernidad. El Ministro de Magia, Rufus Scrimgeour (Bill Nighy) intenta convencer a la prensa mágica de la fortaleza del Ministerio ante la amenaza de Voldemort (Ralph Fiennes). Vemos también a Harry Potter (Daniel Radcliffe), Hermione Granger (Emma Watson) y Ron Weasley (Rupert Grint) preparándose para iniciar la misión más peligrosa de sus vidas. Y es aquí cuando comienzan los momentos de tristeza bien logrados por el director Yates, con una escena donde Hermione elimina todo recuerdo sobre ella misma de la mente de sus padres para protegerlos. De inmediato pasamos a la mansión de la familia Malfoy, en donde el Señor Tenebroso preside una reunión con todos sus Mortífagos. Esta secuencia nos permite ver qué tanto se han infiltrado los mortífagos en el Ministerio de Magia, los planes de Voldemort de intentar matar a Harry Potter cuando cumpla la mayoría de edad, la buena posición en que ha quedado Severus Snape (Alan Rickman) tras asesinar a Dumbledore, y la caída en desgracia de la familia Malfoy con excepción quizás de Bellatrix Lestrange (Helena Bonham Carter).

La secuencia del rescate de Harry de su casa en Privet Drive nos permite reencontrarnos con viejos personajes de la saga: Rubeus Hagrid (Robbie Coltrane), "Ojoloco" Moody (Brendan Gleeson), Remus Lupin (David Thewlis), Arthur Weasley (Mark Williams), los Gemelos Weasley (James y Oliver Phelps), Tonks (Natalia Tena), Kingsley Shaklebolt (George Harris), Fleur Delacour (Clémence Poésy), así como dos nuevos personaje que habían quedado de lado en películas anteriores: Mundungus Fletcher (Andy Linden) y Bill Weasley (Domhnall Gleeson, hijo de Brendan Gleeson).
Otros personajes de películas anteriores que regresan a lo largo de la película son: el señor Ollivander (John Hurt), Peter Pettigrew (Timothy Spall), Dolores Umbridge (Imelda Staunton), Molly Weasley (Julie Walters), Luna Lovegood (Evanna Lynch), Olympe Maxime (Frances de la Tour), Ginny Weasley (Bonnie Wright), Rita Skeeter (Miranda Richardson), Neville Longbottom (Matthew Lewis) y el elfo doméstico Dobby (Toby Jones). En el caso del personaje de Kreacher, cuya voz fue interpretada en el pasado por Timothy Bateson, ahora es interpretado por Simon McBurney.
Aunque los personajes nuevos principales no son muchos, destacan Xenophilius Lovegood (padre de Luna, interpretado por Rhys Ifans) y el duende Griphook, interpretado por el reconocido Warwick Davis (aunque este personaje ya había aparecido en realidad en "The Philosopher`s Stone", encarnado en aquella ocasión por Verne Troyer).
La escena del escape de los 7 Potters está llena de acción y emoción, gracias a las secuencias de persecución de los mortífagos en sus escobas tras la moto voladora de Hagrid y Harry en una transitada autopista inglesa. Es aquí donde comienzan las primeras pérdidas para los buenos de la historia, con la muerte de la lechuza Hedwig y de "Ojoloco", así como la grave herida que sufre George al perder una oreja.

Pero la verdadera aventura de Harry, Ron y Hermione inicia cuando deben escapar rápidamente de la boda de Bill y Fleur, tras darse a conocer el asesinato del Ministro de Magia y la caída del Ministerio en manos de los seguidores de Voldemort. Este es el punto de giro más importante no sólo de la película, sino de toda la saga de Harry Potter. Los tres jóvenes se convierten en forajidos que deben estar en constante movimiento, mientras el Mundo Mágico se sume en un régimen totalitario de terror, en el cual son comunes las desapariciones, los ataques contra muggles y la persecución contra magos cuya sangre no es "pura".
Todas estas circunstancias provocan que esta sea la primera película de Harry donde no aparece en ningún momento el Castillo Hogwarts. Tan sólo se llega a mencionar rápidamente, cuando nos enteramos a través de un mensaje en la radio que el nuevo director del colegio es Severus Snape. Pero este nuevo escenario nos permite explorar otros rincones del Mundo Mágico, ya sea revisitando el número 12 de Grimmauld Place o el Ministerio de Magia, o conociendo el Valle de Godric (lugar de nacimiento de Harry) y la torre-casa de los Lovegood.
La principal misión de Harry y sus amigos es encontrar y destruir los Horrocruxes restantes que guardan partes del alma de Voldemort. Pero, como aprenden nuestros héroes, es más fácil encontrar un Horrocrux que destruirlo. Poco a poco la búsqueda se complica cuando descubren que necesitan dar con el paradero de la Espada de Gryffindor, pues esta es el único objeto capaz de destruir un Horrocrux. Y aún se complica más cuando entran en escena las Reliquias de la Muerte: la Capa de la Invisibilidad, la Piedra de la Resurrección y la Varita de Saúco. El Señor Tenebroso está tras estos objetos pues, según una vieja leyenda, quien posea los tres, tendrá poder sobre la Muerte.
Para cuando termina la película, Harry, Ron y Hermione a duras penas han logrado encontrar la espada y destruir el Guardapelo de Slytherin, por lo que aún les falta encontrar otros 3 Horrocruxes. Mientras tanto, Voldemort descubre el paradero de la Varita de Saúco en la tumba de Dumbledore, de donde la roba.
Todo esto sumado al trágico escape de la Mansión Malfoy donde el leal elfo doméstico Dobby sacrifica su vida para salvar a sus amigos (en lo personal una de las escenas más tristes de la película), nos deja una sensación abrumadora de desesperanza. ¿Cómo lograrán los tres chicos encontrar los restantes Horrocruxes en tan poco tiempo? ¿Qué será del Mundo Mágico bajo el control de los mortífagos? ¿Quiénes más tendrán que sacrificar sus vidas antes de que caiga el Señor Tenebroso?
Evidentemente, para quienes hemos leído los libros estas preguntas ya han sido resueltas. Pero será interesante ver el tratamiento que le dé David Yates a lo que viene.
Dos de mis momentos preferidos de esta película son la escena donde los elfos domésticos Kreacher y Dobby llevan atrapado a Mundungus Fletcher hasta donde están Harry y sus amigos; así como la hermosa animación sobre el Cuento de los Tres Hermanos, que narra el origen de las Reliquias de la Muerte y que les es contado a Harry, Ron y Hermione por Xenophilius Lovegood en su casa ( por cierto, recomiendo la lectura de "Los Cuentos de Beedle el Bardo", hermoso libro de Rowling que recoge 5 de los populares cuentos infantiles de los magos, y que incluye por supuesto el Cuento de los Tres Hermanos, además de extensos comentarios de Albus Dumbledore).
El clímax de esta aventura mágica que comenzó hace 10 años llegará a los cines a mediados del próximo año, llevándonos de regreso a Hogwarts por última vez... al igual que a Harry. Mientras tanto, a seguir preparando las varitas para la batalla final.

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