Ni tan elemental, mi querido Watson.

Sherlock Holmes, el deductivo y afamado detective inglés creado por el escritor escocés Sir Arthur Conan Doyle, regresa a la gran pantalla de la mano del director Guy Ritchie e interpretado por Robert Downey, Jr. "Sherlock Holmes" es el título de esta película, la cual desarrolla una trama original, que sin embargo, muestra referencias a algunas obras de Conan Doyle así como a su propia vida. Entre la crítica internacional se ha desarrollado un intenso debate entre aquellos que aplauden la interpretación de Ritchie del detective de Baker Street, y quienes censuran lo que consideran una interpretación poco fiel a la obra de Conan Doyle. Pero esta discusión trasciende más allá de una simple desición creativa, pues nos mete de lleno en el debate de cuándo un personaje deja de pertenecerle a su autor y pasa a ser parte de la cultura misma.

Antes de seguir adelante, es bueno recordar de dónde viene nuestro querido Sherlock. Holmes aparece por primera vez en la novela "Estudio en Escarlata", publicada en 1887. Aunque protagoniza una gran cantidad de relatos cortos de Conan Doyle (56 por lo menos), su participación en novelas se restringe a sólo cuatro títulos: el ya citado "Estudio en Escarlata", "El Sabueso de los Baskerville", "El Signo de los Cuatro" y "El Valle del Terror". Su sistema de investigación deductivo (aprendido por Doyle del gran forense Joseph Bell), su forma de ser excéntrica y su gran ingenio, han convertido a Sherlock Holmes en el detective por excelencia. "El más grande de todos los tiempos", según palabras de otro gran detective de ficción: Batman. Sherlock es acompañado por su fiel socio y biografo, el doctor John H. Watson, un médico militar quien se retiró del servicio en Afganistán debido a una herida en la pierna. Otro personaje importante alrededor de Holmes es su más grande y temible enemigo: el Profesor James Moriarty, el Napoleón del Crimen, según palabras del propio Holmes.

Este es el Holmes creado por Conan Doyle, pero hay un Holmes más complejo, aquel creado por la cultura popular a través de otras novelas, del cine, la televisión y el cómic. En este sentido se pueden referir varios aspectos que consideramos hoy en día parte del canon de Sherlock Holmes pero que se desarrollaron fuera de la obra de Conan Doyle. Ejemplo de esto es la indumentaria clásica de Holmes, su capa a cuadros y su particular sombrero, producto de un stándar originado en el cine. Al cine también le debemos la caracterización de Watson como un simple ayudante torpe, lo cual no era necesariamente cierto en los relatos de Doyle, donde en varias ocasiones Watson resulta de gran ayuda para Sherlock. Además, la famosa frase "Elemental, mi querido Watson", se la debemos al cine y no a las novelas o cuentos.

Pero quizás uno de los aspectos más llamativos generados por la cultura popular es la relación de Sherlock Holmes con Irene Adler, personaje de la historia "Escándalo en Bohemia", en la cual logra derrotar al detective en su propio terreno. Este hecho parece haber fascinado al público hasta el punto de imaginarse una relación sentimental entre Sherlock e Irene. Producto de esta relación, Adler logra protagonismo en novelas de otros autores, en las cuales se dedica a resolver crímenes con igual eficacia que Holmes. Incluso se llegan a escribir novelas de un supuesto hijo de ambos, quien también se dedica a la investigación, como era de esperar.

Este es el universo cultural alrededor del detective de Baker Street que se encontró Guy Ritchie cuando tomó las riendas de "Sherlock Holmes". Y es de este universo que el director decidió ir tomando elementos para buscar su propia interpretación del personaje, la cual, aunque no es estrictamente la de Conan Doyle, no deja de dejarle a uno la sensación de que logra acercarse a un Sherlock más real e inglés. A Robert Downey Jr. también debemos darle parte del crédito, pues aceptó el reto de interpretar a un personaje icónico y darle una nueva visión sin dejar de lado los elementos más emblemáticos. Allí está la pipa, la capacidad deductiva, la excentricidad con tintes de arrogancia, la afición por el violín y las drogas... Incluso elementos que otras interpretaciones habían simplemente ignorado, como el talento de Sherlock para el estilo de pelea llamado bartitsu o su tendencia a aislarse en los períodos en los que carecía de trabajo.

Jude Law se encarga de interpretar a un Watson al que vemos discutir constantemente con Sherlock por sus malos hábitos; que trata de dejar su afición por las apuestas; que demuestra sus conocimientos de medicina justificando su papel como socio de Holmes; que cojea debido a su herida de guerra; y que trata de consolidar su relación romántica con quien será su primera esposa: Mary Morstan, personaje presentado en la novela "El Signo de los Cuatro" e interpretado por Kelly Reilly.

También podemos disfrutar de otros personajes importantes como el Inspector Lestrade (el constante aunque torpe rival de Sherlock dentro de Scotland Yard, interpretado por Eddie Marsan) e Irene Adler (Rachel McAdams), en una caracterización más cercana a la visión posterior a Conan Doyle que otros autores han hecho de este personaje.

Mark Strong interpreta al villano de esta historia, Lord Henry Blackwood, miembro de una orden secreta esotérica y poseedor de supuestos poderes sobrenaturales que le permiten, entre otras cosas, volver de entre los muertos. Blackwood comete una serie de asesinatos rituales destinados a preparar el terreno para tomar el control del Imperio Británico, mientras Holmes y Watson van tras su pista tratando de descifrar el misterio detrás de sus poderes. La situación se complica cuando aparece Adler, quien busca a un ayudante de Blackwood en nombre de un supuesto cliente. Este cliente no es otro más que el propio James Moriarty, quién sospecha también de los poderes sobrenaturales de Blackwood y trata de apoderarse de sus secretos para utilizarlos en su propio beneficio.

La película logra envolvernos en la atmósfera peligrosa de los barrios bajos de la Londres de finales del siglo XIX, presentándonos ese mundo de rufianes, criminales y traficantes entre los que deben moverse Sherlock y Watson para descifrar el misterio detrás de Blackwood. Parte de esta atmósfera se logra gracias a la musicalización de Hans Zimmer, quien se inspiró en la música tradicional popular inglesa e irlandesa. Destaca el uso de la canción "The Rocky Road to Dublin" en su versión de The Dubliners durante la pelea ilegal en la que participa Sherlock, su pelea contra Dredger (el enorme secuaz francés de Blackwood interpretado por Robert Maillet), y los créditos finales.

La película también está llena de pequeños guiños a la obra de Conan Doyle que incluyen: varias frases entre los diálogos que corresponden a diálogos de los diversos cuentos; las deducciones que Sherlock hace de un reloj de bolsillo, similares a las realizadas en "El Signo de los Cuatro"; las letras "V.R." que Sherlock escribe a balazos en la pared de su cuarto como hace en "El Ritual de los Musgrave"; o el retrato de Irene Adler que Sherlock conserva en su estudio y que fue parte de su pago en "Escándalo en Bohemia". El elemento esotérico en la trama parece ser también un guiño sobre la vida del propio Conan Doyle, quien fue miembro de la Orden de la Golden Dawn.

En fin, "Sherlock Holmes" nos presenta una visión entretenida de este personaje, la cual, aunque no necesariamente es la de Conan Doyle, sí trata de mostrarse digna ante una tradición alrededor del detective de Baker Street que ha terminado superando a su creador y siendo apropiada y enriquecida por la cultura popular. Quizás no sea el personaje de su autor original, pero sí es el de muchos de sus fanáticos. Y esto es algo que hay que reconocérselo a Guy Ritchie. Después de todo, retratar a un personaje tan popular como Sherlock no es tan elemental como puede parecer.

Comentarios

vivir ha dicho que…
la peli me entretuvo, el ritmo de Ritchie y tomas específicas ya vistas en Rocanrola es indiscutible. Lamentablemente para mí Sherlock es mucho más lacónico, flemático, en fin, inglés!!! La creación de este personaje fue muy "mujeriejo" y "donjuan" para mi gusto. Finalmente, bien... logra su objetivo, me gusta mucho la idea final de dejar una posibilidad entreabierta de nuevas entreabiertas, ahora con Moriaty como el enemigo incuestionable.

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