
En la mitología griega,
Pandora fue la primer mujer creada por los dioses olímpicos como un castigo a los hombres por haber recibido las semillas robadas por
Prometeo. Según la historia, cada dios la engalanó con alguna virtud, pero
Hermes le entregó también la curiosidad, las mentiras y el carácter voluble. Al entregársela a
Epimeteo como esposa, se le dio un ánfora cuyo contenido era secreto. Sin poder controlar su curiosidad,
Pandora abrió el ánfora, liberando todos los males del mundo. Es interesnate que este sea justamente el nombre dado por los humanos a la exótica luna del planeta
Polifemo, donde se desarrolla la última película del director
James Cameron,
"Avatar".
Tras una ausencia de más de 10 años en el cine de ficción desde
"Titanic", Cameron regresa con una película en el género cinematográfico en el cual considero que el director canadiense se ha destacado más: la
ciencia-ficción. Y por supuesto, tenía que hacerlo con una super producción que redefine los parámetros técnicos del cine. Si
"The Lord of the Rings" de
Peter Jackson marcó un hito al inicio de esta década, me atrevo a afirmar que
"Avatar" de
James Cameron marca otro hito al final de la misma. Uno se pregunta tras ver esta película si no estará llegando el momento para considerar la producción en 3-D algo más que una alternativa extra. Quizás el paso al 3-D como formato corriente de producción ha llegado, como en algún momento le llegó el momento al cine sonoro o a la fotografía a colores.
"Avatar" nos lleva hasta
Pandora, luna selvática llena de una biodiversidad exuberante pero también blanco de la explotación minera de la corporación terrestre
RDA. El trabajo de dicha empresa se ve amenazado por la agresividad de los nativos
Na`vi, primitivo pueblo humanoide con rasgos felinos que ven a la
"gente del cielo" como una gran amenaza a su mundo. Para los
Na`vi la relación directa con el ambiente es pieza clave de su existencia y cultura, viendo en cada forma de vida una manifestación de la gran diosa madre,
Eywa. Para su defensa, la empresa contrata un ejército privado de ex-marines fuertemente armados con naves, armas automáticas, trajes robóticos y misiles, en contra de las flechas venenosas de los
Na`vi.

Ante un conflicto tan desigual que puede traer muy mala prensa a la corporación minera, esta accede al
Programa Avatar, un proyecto que busca la creación mediante manipulación genética de cuerpos híbridos humanos-
Na`vi a los cuales se les pueda colocar la conciencia de un "piloto" humano. El objetivo de los
avatares es lograr la confianza suficiente con los
Na`vi para negociar una solución diplomática al conflicto. Algo a lo que no todos los humanos le tienen esperanza y que poco a poco comprendemos que no se trata de ningún diálogo real: simplemente se busca una rendición incondicional de los indígenas de
Pandora.

La historia se nos narra a través de los video-diarios de
Jake Sully (
Sam Worthington), ex-marine parapléjico que toma el lugar de su hermano en el
Proyecto Avatar tras la muerte de este. A pesar del eceptisismo de la doctora
Grace Augustine (
Sigourney Weaver), botánica y líder del proyecto,
Sully logra adaptarse muy bien al avatar diseñado para su hermano, impulsado en parte por la experiencia de volver a caminar. Un accidente en una misión regular lleva a
Sully a perderse en la jungla de
Pandora, donde es rescatado por
Neytiri (
Zoë Saldaña), princesa del clan
Omaticaya. Los
Omaticaya permiten a
Sully quedarse entre ellos y aprender sus costumbres, lo que le da a los humanos una oportunidad única para comprender a los
Na`vi. Sin embargo, este aprendizaje no es nada inocente. Mientras que la idealista doctora
Augustine busca estrechar la relación entre humanos y
Na`vi, el administrador de la corporación,
Parker Selfridge (
Giovanni Ribisi), y el
Coronel Miles Quaritch (
Stephen Lang) ven una oportunidad para obtener información que les permita una ventaja estratégica ante un posible conflicto contra los
Na`vi. Como buen soldado,
Jake Sully accede a la misión que le encomienda
Quaritch a cambio de la promesa de recuperar la movilidad de sus "verdaderas" piernas mediente una costosa cirugía que la empresa está dispuesta a costear. Pero la relación sentimental que
Sully y
Neytiri protagonizan, así como el entendimiento del profundo vínculo entre todos los seres de
Pandora, llevan a
Sully a dudar cada vez más de si se encuentra en el bando correcto de un conflicto que se dirige inevitablemente a un final violento.

Otros personajes importantes son: el biólogo y ayudante de
Augustine,
Norm Spellman (
Joel David Moore); la piloto de combate,
Trudy Chacón (
Michelle Rodríguez); la líder espiritual del clan
Omaticaya y madre de
Neytiri,
Mo`at (
C.C.H. Pounder); el jefe
Omaticaya y padre de
Neytiri,
Eytucan (
Wes Studi); y el gran guerrero
Na`vi,
Tsu`Tey (
Laz Alonso).

A pesar de su gran éxito en taquilla, un sector de la crítica internacional ha afirmado que
"Avatar" no es más que una combinación de
"Dance with Wolves" y
"Pocahontas" ubicada en un ambiente extraterrestre. En lo personal creo que más que estar ante un argumento superficial, son estas apreciaciones las que se muestran superficiales. Ciertamente la historia de
"Avatar" no es ninguna novedad. Y sí, ya se ha planteado en varias películas entre las que se encuentran el clásico de
Kevin Costner y la animación de
Disney. Pero es la óptica que se aplica en esta narración lo que la hace una versión diferente de esta historia.
Por un lado, nos presenta un conflicto cultural y ambiental con imágenes que nos refieren a una cierta actualidad más cercanas que, por ejemplo, la lejana América prístima de
Pocahontas. La crisis energética terrícola que impulsa la explotación de la
RDA es un siniestro paralelismo a la actual crisis petrolera. Las imágenes de la maquinaria destruyendo los bosques de
Pandora traen a nuestra mente imágenes nada lejanas de la devastación forestal que hoy se da en Indonesia, el Amazonas o África Central, aplastando no sólo los ecosistemas, sino también la cultura de los pueblos originarios.

Y es aquí cuando el destino del
ánfora de Pandora nos alcanza. Como espectadores, poco a poco comprendemos que los males liberados definen a la humanidad misma. La biodiversidad de
Pandora está vinculada por una consciencia compartida que influye a la fauna, la flora y a los propios
Na`vi. Esta relación está magistralmente expresada por el intercambio de información a través de estructuras biológicas visualmente similares a cables de fibra óptica, los cuales permiten a todos los seres compartir emociones y recuerdos. Es así como un final que en otras circunstancias parecería demasiado fantasioso, se nos presenta como una realidad pausible. Después de todo,
Eywa no es un mito. Es una realidad tangible: la consciencia compartida de todo un mundo, como la escencia de un ser único conformado por cada ser vivo de
Pandora. La Gran Madre:
Gaia.
El mito griego finaliza contándonos que del fondo del
ánfora de Pandora también surge la esperanza. Esta es la esperanza que salva el mundo de los
Na`vi. Un final feliz... ¿Pero para quién? En el triunfo último de la vida parece no haber lugar para los seres humanos. ¿Acaso hemos cortado de tal manera nuestro vínculo con lo natural que nos es imposible recuperarlo? Este es el secreto final de
Pandora: mostrarnos de manera cruel que estamos atrapados en un mundo que agoniza por culpa de nosotros mismos, lejos de paraísos como
Pandora. Pues para ser parte de ellos, quizás tengamos que dejar de ser lo que somos. Como descubre
Jake Sully.
"Avatar" es una película para disfrutar y emocionarse. Para ver en 3-D y soñar. Pero además, vale la pena reflexionar un poco al final. Y eso, aunque queda por nuestra propia cuenta, sería una tristeza desaprovecharlo.
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