Los Juegos de Mesa Modernos: un viaje hacia una Edad de Oro

No parece haber fronteras claras entre la era de los Juegos Tradicionales y los Juegos Modernos, pero el inicio o surgimiento de estos últimos está relacionado a la Revolución Industrial.

En este periodo, digamos oscuro o de transición, un antecedente importante son los Wargames, simulaciones de combate utilizando fichas representando unidades militares. Existe una discusión acerca de si se les puede considerar como juegos de mesa. A la luz de los datos históricos (siendo que todo parece indicar que la ficha antecede al tablero) todo juego con fichas en una superficie lisa puede considerarse un juego de mesa, por lo que creemos válido considerar a aquellos Wargames por lo menos como proto-juegos de mesa, que a futuro cobrarían mucha mayor importancia en este ámbito.  

Estos juegos tuvieron gran relevancia durante buena parte del siglo XIX. El primer juego de este tipo se jugaba en un tablero cuadriculado y fue propuesto por el Duque de Brunswick en 1780 como una adaptación del ajedrez. Aunque se achaca al teniente prusiano Von Reizzweitz la creación del primer juego considerado Kriegsspiel (juego de guerra).  Pese a su utilidad inherente, el alto mando prusiano no lo vio en un principio con buenos ojos, pero si llamó la atención a un grupo de entusiastas que crearon el primer club de Juegos de Guerra: el Kriegspiling Verein.  Su popularidad hizo reconsiderar al ejército prusiano su utilidad y se convirtió en la herramienta clave del éxito y hegemonía de las tropas prusianas.

Aunque suene extraño, otro antecedente importante (e incluso un candidato a considerar como el primer juego de mesa moderno) es la Tabla Ouija. Antes de la década de 1970 la Ouija era considerada en general como un entretenimiento inofensivo. Cien años antes se comercializó este tablero durante el auge del espiritismo, en un momento de una alta tasa de mortalidad en donde no se veía como algo maligno querer comunicarse con los seres queridos fallecidos. La Ouija parece haber sido inspirada en ciertos juegos astrológicos de Medio Oriente, de los que no se sabe demasiado. Hubo simultáneamente muchos tableros de ese tipo, pero fue la tabla comercializada por Jefferson Bond en 1891 la que se convertiría en un juego popular para todas las edades, precisamente por su aire místico y misterioso. Hasta que por una icónica escena de la película “El Exorcista” quedaría irremediablemente ligada al terror, el satanismo y las posesiones demoníacas.

El título de primer juego moderno puede disputarse también con The Checkered Game of Life, la versión original del juego Life que conocemos, que fue comercializado por Milton Bradley como parte de un paquete de juegos tradicionales en miniatura para viaje entre los soldados de la Guerra Civil estadounidense en 1861. The Checkered Game of Life guardaba características comunes que asociamos a los juegos modernos, como el uso de un camino circular o espiral, fichas de colores para los jugadores, dados, etc.

Se puede decir que los juegos de mesa modernos se caracterizan por ser marcas de casas comerciales que son producidas en masa (es decir, un producto de la Revolución Industrial, caracterizada por una producción masiva de productos manufacturados en serie) y comercializadas a gran escala.

El primer juego de mesa comercializado de esta manera no es otro que Monopoly. Creado bajo el nombre de The Landlord´s Game en 1913, por la joven Elizabeth Maggie, fue popular en la costa este de los Estados Unidos, hasta que fue modificado por Charles Darrow en 1935, no sin una seria pelea legal con Maggie. Al buscar industrializar su producción (en un principio el tablero se pintaba a mano), el temor a una fuerte competencia impulsó a Parker Brothers a comprarle los derechos, generando la primera fiebre de los juegos modernos en el mundo contemporáneo.

Muchos juegos fueron producidos en este período por distintas casas jugueteras como Parker Brothers, Milton Bradley, o McLoughlin Brothers. Son títulos que todos conocemos: Cluedo, Battleship, Risk, Stratego, Sorry, Trivial Pursuit, etc. Esta época industrial de los juegos era dominada por productos de tipo familiar (la típica familia mononuclear de clase media). Dichos juegos forman parte de los recuerdos de la infancia de varias generaciones.

Junto a los cambios sociales de los años 60 (movimiento hippie, la revolución sexual, las luchas por los derechos civiles en los Estados Unidos, etc.) inició una nueva época para los juegos. En este contexto es concebido Simsoc (sociedad simulada), creada en 1966 por el sociólogo del Boston College, William A. Gamson, para enseñar elementos de sociología, política y comunicación: habían nacido los Juegos de Rol. 

El más exitoso de estos, desarrollado por Gary Gigax y Dave Arneson en 1973, fue Dungeons & Dragons, que toma ambientes y elementos de fantasía épica y los aplicaba a los juegos de estrategia militar. Los jugadores adoptan un personaje que los representa dentro de la narrativa contada por el Amo del Calabozo, jugador que controla el juego y las reglas, haciendo la experiencia sumamente inmersiva y creativa.

Desde D&D se desarrollan los Juegos de Miniaturas modernos, que toman como base los tradicionales Wargames y los aplican a personajes y unidades con criaturas fabulosas.

En este periodo aparecen los primeros diseñadores de juegos con mecánicas y temáticas propias, de las que existen ya muchos clásicos como Civilization.

Empezando la última década del siglo XX, Richard Garfiled crea Magic: The Gathering, juego estratégico de cartas que reconceptualiza y diversifica los Juegos de Cartas, convirtiéndolo en un fenómeno y referente de la cultura popular.

En 1995, un cirujano dental alemán llamado Klaus Teuber crea Catan, marcando una nueva era en los juegos de mesa. Su mecánica de búsqueda y administración de recursos resultó una novedad en Alemania, donde arrasó con los principales premios de la región europea: el Spiel des Jahres.

Junto con Catan, muchos diseñadores crearon decenas de juegos en los siguientes años, aumentando exponencialmente al llegar al siglo XXI.  Los juegos con mecánicas simples, directas pero novedosas, se conocerían como Eurogames. Mientras que juegos más centrados en la historia o estética del juego, con una gran cantidad de mecánicas y elementos, se conocerían como Ameritrash, por considerarse demasiado de nicho y con reglas complicadas. Ahora son más reconocidos como Amerigames.

En la actualidad, un sorprendentemente basto mercado de juegos de mesa adhiere centenares de títulos dirigidos a un público variado, pero en general adulto, que busca oportunidades de verdadera interacción social entre amigos y familiares, con mecánicas que desarrollan distintas habilidades organizacionales, lógicas o de cooperación. Por tal razón, los juegos modernos (y en aprendizaje de los juegos de la era industrial) son para múltiples jugadores, es decir Juegos Sociales.

Si bien hay muchas industrias relacionadas al ámbito de los juegos de mesa (diseñadores de juegos, diseño gráfico, papelería, juguetería, etc), el desarrollo no está relegado hoy en día solo a grandes firmas o casas productoras, y hay pequeñas editoriales que alcanzan gran éxito en un mercado de alta demanda y competitividad. Existe gran oportunidad de participar en dicho mercado de desarrollo de juegos por medio de plataformas de crowfunding o micromecenazgo.

Así, la sociedad del siglo XXI ha dado como consecuencia una nueva economía y nuevos medios digitales que agilizan la ejecución de toda clase de proyectos. Desde mediados de los 90 hasta hoy vivimos una auténtica Era Dorada de los juegos de mesa que, por ahora, no parece tener signos de decadencia, sino que continúa hacia adelante con brillo, ingenio y fuerza.