"Iron Man 2" llegó por fin a las salas de cine del país, precedida por la gran espectativa que generó el éxito de la primer película del
Hombre de Hierro. Y precedida también por algunas críticas que cuestionaban la calidad de la historia narrada. Sin embargo, debo decir que esta película la disfruté demasiado. Quizás sea simplemente que uno es ya un comiquero acérrimo que babea por estas películas, pero yo no sentí una diferencia grande de calidad entre la primera
"Iron Man" y esta.
Incluso me pareció que el director
Jon Favreau logró profundizar aún más en la compleja personalidad de
Tony Stark, quien vuelve a ser interpretado magistralmente por
Robert Downey Jr. En esta película vemos mencionarse algunos de los aspectos más negativos del personaje, como su alcoholismo, su egocentrismo y su irresponsabilidad. Esta es una película sobre el héroe caído en desgracia, pero a diferencia de otras cintas que han tocado el tema, en este caso no es la duda sobre sí mismo la que lo impulsa, sino la cuestionable personalidad del protagonista que choca con la imagen de lo que debe ser un héroe. Que un superhéroe se emborrache y destruya su casa en media fiesta de cumpleaños es un buen ejemplo. Ciertamente
Bruce Wayne también lo hizo en
"Batman Begins", pero en defensa del
Caballero de la Noche hay que recordar que él simuló estar ebrio, y quien destruyó la casa fue
Ra`s al Ghul. Pero
Tony es otra historia totalmente. Lo vemos bailando con la armadura, orinando dentro de ella, y jugando tiro al blanco con botellas y copas en medio de los invitados. Este tipo de irresponsabilidad, de comportamiento reprochable, es lo que uno espera del
Tony Stark del cómic.

Pero claro, la situación no es para menos. Pasada la revelación de su identidad al mundo al final de la primer película, vemos a
Stark en la cumbre de la popularidad. Todos lo aman y lo aclaman como el nuevo defensor de los Estados Unidos.
Tony aprovecha el momento para inaugurar la
Stark Expo, una exposición tecnológica mundial, sueño de su padre, que no se realizaba desde 1974.

Pero el pedestal del
Hombre de Hierro comienza a agrietarse. El reactor que lleva en el pecho y que le da energía a la armadura también le está envenenando poco a poco la sangre, produciéndole una enfermedad terminal. Varios senadores comienzan a cuestionar que un arma como
Iron Man esté en manos privadas, e inician una dura campaña contra el héroe.
Justin Hammer (
Sam Rockwell), industrial armamentista y principal competidor de
Stark, aprovecha la controversia para sacar ventaja ante el gobierno. Finalmente, entra en escena
Ivan Vanko (
Whiplash, interpretado por
Mickey Rourke), científico y criminal ruso con un enorme deseo de venganza contra la familia
Stark. Este deseo de venganza es alimentado por el destino que corrió su padre, antiguo colega del padre de
Tony y coinventor del reactor que usa
Iron Man. Tras ser acusado de espionaje y deportado a la Unión Soviética, el padre de
Vanko fue exiliado varios años a Siberia. Tras su muerte en Moscú, su hijo logra replicar el reactor para darle energía a unos látigos de rayos que utiliza para atacar a
Tony Stark en Montecarlo. A pesar de ser derrotado,
Vanko es liberado por
Justin Hammer, quien le ofrece todos sus recursos a cambio de que le ayude a destruir a
Stark.
La vida personal de
Tony también se ve llena de conflictos en esta película. Su relación con
Pepper Potts (
Gwyneth Paltrow), que en un inicio parece mejorar tras el nombramiento de ella como nueva CEO de
Industrias Stark, se deteriora por el comportamiento autodestructivo de
Tony que para ella es injustificado, pues él decide esconderle su condición crítica de salud. Además, también se da un conflicto de celos al aparecer
Natalie Rushman (
Scarlett Johansson), la sensual nueva asistente de
Stark y que posteriormente se revela como la agente secreta de
S.H.I.E.L.D.,
Natasha Romanoff, mejor conocida en el cómic como
Black Widow. Ella es enviada por el propio
Nick Fury (
Samuel L. Jackson) para mantener vigilado a
Stark.

Por otro lado, el comportamiento de
Tony comienza a afectar su amistad con el teniente coronel
Rhodey Rhodes (
Don Cheadle) quien cuestiona la capacidad de su amigo para utilizar la armadura con responsabilidad, lo que lo lleva a robarse una para ponerla al servicio del ejército, marcando la tan esperada aparición de
War Machine.

En sí la trama esta llena de emoción, humor y sorpresas para los seguidores comiqueros (la escena con el escudo del
Capitán América le saca la carcajada a cualquier seguidor de los
Avengers). Las referencias que parecen hacerse a
Walt Disney a través de la imagen del padre de
Tony me llamaron bastante la atención. ¿Y qué decir de la banda sonora con predominancia del rock de
AC/DC? Incluso fue genial cómo el director se dio la libertad de aumentarse las apariciones en pantalla al interpretar de manera bastante jocosa a
Happy Hogan, el chofer-guardaespaldas de
Tony Stark (¿O debo decir de
Pepper Potts? Es que no sé quién se quedó con la custodia de "los niños" al final de la película). Como en toda película de
Marvel hay que abrir los ojos para ver a
Stan Lee, y hay que quedarse al final de los créditos para ver esa escena extra que nos golpea
como un rayo (los que ya la vieron saben de qué estoy hablando).

Ya sea por las excelentes actuaciones de Robert Downey Jr. y Mickey Rourke, ya sea por la banda sonora de AC/DC, o simplemente por ver a
Iron Man y
War Machine luchando hombro a hombro contra todo un ejército de robots,
"Iron Man 2" es entretenimiento puro para los gustos comiqueros. Otro magnífico paso que da
Marvel rumbo a la tan esperada
"Avengers".
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