Tiempos Oscuros en el Mundo Mágico

Voldemort ha regresado. La Comunidad Mágica ya no puede negarlo. La segunda guerra contra los Mortífagos ha dado inicio. Tal es la premisa detrás de la sexta entrega cinematográfica de la saga de Harry Potter: El Misterio del Príncipe (o el Príncipe Mestizo, como ustedes lo prefieran).

En lo personal fue un gran periplo poder ver esta película, ya que había tomado la desición de ausentarme un par de semanas de las salas de cine debido a la pandemia de AH1N1 (la gripe porcina) que ha afectado al país. Es por ello que no me incluí entre los fanáticos que fueron a verla en su estreno, sino que esperé poco más de dos semanas para hacerlo.

Además, mis experiencias con las adaptaciones pasadas han variado considerablemente entre lo dulce y lo amargo. Las tres primeras películas no las vi en el cine, ya que en ese entonces no había leído los libros y no era seguidor de las hitorias del niño mago. Fue de hecho ver La Piedra Filosofal y La Cámara Secreta en video lo que me motivó a leer Harry Potter. Ambas películas dirigidas por Chris Columbus me resultaron bastante amenas y apegadas a los libros. Pero después vino el desastre de El Prisionero de Azkaban dirigida por Alfonso Cuarón. Este es mi libro favorito de la saga, y allí estaba un director capaz (no pongo eso en duda) que sin embargo decidió desvincularse tanto del libro que parecía que no se lo había leído. ¡Una verdadera lástima! Para mí el proyecto cinematográfico siguió dando tumbos con El Cáliz de Fuego, dirigido por Mike Newell, ciertamente más cercano al libro, pero aún así con traspiés narrativos que parecían mostrar una cierta duda del director para adaptar los elementos literarios al formato cinematográfico. Con David Yates y La Orden del Fénix la cosa mejoró bastante, aunque el gran defecto de esa película fue el buscar presentar todos los elementos del libro, lo cual lleva a la trama a una vertiginosidad que marea.

Yates vuelve de nuevo con El Príncipe Mestizo, retomando la historia justo donde la había dejado en La Orden del Fénix. Las secuencias iniciales que nos muestran a Dumbledore sacando a Harry del Ministerio de Magia entre fotógrafos y periodistas tras la muerte de Sirius Black, es seguida de inmediato por secuencias bien logradas que nos muestra el ataque de los Mortífagos contra el Callejón Diagon y contra un puente en Londres lleno de muggles. Esto nos define de entrada el sentido oscuro y abrumador que será la constante a lo largo de toda la película.

Harry regresa a Hogwarts para cursar el sexto año junto a sus amigos Ron y Hermione, pero el Mundo Mágico ya no es el mismo: el miedo y la tristeza parecen envolver a cada mago y bruja en Inglaterra. Y dentro del colegio también se dan cambios importantes: Severus Snape por fin logra su meta de ser el profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras, mientras que Horace Slughorn vuelve de su retiro asumiendo el curso de Pociones. Es justamente en este curso donde Harry encuentra un libro que perteneció al misterioso "Príncipe Mestizo", cuyos comentarios sobre pociones y hechizos escritos a mano en las páginas del libro llevan a Harry a convertirse en el primero de su clase, aún por encima de la aplicada Hermione.

Al mismo tiempo, Dumbledore lleva a Harry en varios viajes a través de los recuerdos para mostrarle la infancia y juventud de Tom Riddle, el sobresaliente estudiante de Hogwarts que más adelante se transformaría en el terrible Lord Voldemort. Detrás de estos "viajes" al pasado está la búsqueda de un secreto que podría revelar cómo lograr destruir a Voldemort.

Las maquinaciones de Draco Malfoy (aparentemente reclutado por los Mortífagos luego de que su padre terminara en prisión tras los hechos de La Orden del Fénix), los enredos románticos de Ron con Lavender Brown y Hermione, la evolución del amor entre Harry y Ginny, así como el gran retorno del quidditch a las películas, son parte de lo que los fanáticos pueden disfrutar en esta cinta.

¿Qué extrañamos con respecto a los libros? Bueno, mayor participación de algunos personajes del Ejército de Dumbledore como lo son Neville Longbottom y Luna Lovegood; también mayor acción por parte de los miembros de la Orden del Fénix. La ausencia de un enfrentamiento de ambos grupos contra los Mortífagos al final de la película, tal y como se lee en el libro, me creó un sentimiento de vacío, como si el final no hubiese estado a la altura del resto de la película. Otra ausencia notoria fue la de los Dudley, pues estos fueron cambiados al inicio de la película por una extraña escena en una cafetería del metro inglés. Algo que no me terminó de gustar, si he de ser franco.

El elenco de esta película lo conforman: Daniel Radcliffe (Harry Potter), Rupert Grint (Ron Weasley), Emma Watson (Hermione Granger), Tom Felton (Draco Malfoy), Bonnie Wright (Ginny Weasley), Sir Michael Gambon (Albus Dumbledore), Jim Broadbent (Horace Slughorn), Alan Rickman (Severus Snape), Helena Bonham-Carter (Bellatrix Lestrange), Helen McCrory (Narcisa Malfoy), Maggie Smith (Minerva McGonagall) y Robbie Coltrane (Rubeus Hagrid), entre otros.

Se puede afirmar que esta es una buena película para los fanáticos de Harry Potter. Hay que darle gracias a David Yates por encaminar la saga nuevamente por el camino correcto. Dos son las películas que nos queda por ver con respecto al niño mago, pues los productores tomaron la desición (posiblemente por razones de aprovechamiento monetario) de dividir el último libro, Las Reliquias de la Muerte, en dos entregas.

Hasta que llegue ese momento, nos queda algo de tiempo para alistar nuestras varitas y practicar nuestros hechizos para el enfrentamiento final entre las fuerzas mágicas del bien y los poderes tenebrosos del mal.

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