Esta Araña Sí Agrada
Llega a las
salas de cine el relanzamiento de la franquicia del superhéroe más popular de
Marvel: Spider-Man. Bajo la dirección de Marc Webb, “The Amazing Spider-Man”
viene a hacer borrón y cuenta nueva sobre las tres entregas anteriores
dirigidas por Sam Raimi y protagonizadas por Tobey Maguire y Kirsten Dunst. En
esta ocasión la responsabilidad de encarnar al justiciero arácnido recae en los
hombros del joven Andrew Garfield. Pero en esta labor lo acompaña un excelente
elenco: Emma Stone como Gwen Stacy, Rhys Ifans como el Dr. Curt Connors también
conocido como El Lagarto, Denis Leary como el capitán de policía George Stacy,
Martin Sheen como el tío Ben, Sally Field como la tía May, Irrfan Khan como el
doctor Rajit Ratha, y Chris Zylka como Flash Thompson. Si esperaban ver a Jonah
Jameson gritándole a Peter Parker o a Norman Osborn maquinando contra
Spider-Man, lo siento: esta no es su película. Por lo demás, tendrán una
excelente experiencia en sus butacas.
“The
Amazing Spider-Man” se centra en la historia no contada de Peter Parker. ¿Qué
pasó con sus padres? ¿Por qué vive con sus tíos? Ya de inicio se siente el tono
diferente de esta película con respecto a las de Sam Raimi cuando descubrimos
que Richard Parker, el papá de Peter, era un genetista renombrado que tuvo que
huir con su esposa por alguna razón, dejando a su hijo en manos de su hermano,
el tío Ben. Peter crece como un muchacho aislado emocionalmente que en silencio
desea averiguar qué llevó a sus padres a huir en el avión en el cual
encontraron la muerte. Tras descubrir un antiguo maletín que contiene el
trabajo de Richard, Peter busca al antiguo colega de este, Curt Connors, un
renombrado herpetólogo y genetista al que le falta un brazo y que trabaja en
OsCorp. Allí se topa con Gwen Stacy, la hermosa chica del colegio quien
trabaja como asistente para el doctor Connors. Pero tras meterse en un área
restringida, Peter es mordido por una araña genéticamente alterada, con lo cual
gana sus superpoderes arácnidos.
Al tratar
de buscar respuestas para lo que le ha sucedido, Peter le lleva la fórmula de
su padre al doctor Connors, quien sueña con encontrar la manera de usar genes
de lagartos para regenerar su brazo amputado. Connors es presionado por el
doctor Ratha para lograr resultados favorables en humanos, pues de ello depende
la vida de un enfermo Norman Osborn. Ante la amenaza de cerrar su
investigación, Connors se inyecta a sí mismo la fórmula creada con la ayuda de
Peter, transformándose en el monstruoso Lagarto. Por su parte, Peter sufre un
gran conflicto al sentirse culpable por el asesinato de su tío Ben a manos de
un ladrón. Sediento de venganza, adopta la identidad de Spider-Man para dar
caza a los criminales, entrando en conflicto con la policía de Nueva York,
liderada por el capitán George Stacy, padre de Gwen.
Lo primero
que debo decir antes de dar mis comentarios sobre esta película es que no soy
para nada fanático de las cintas anteriores de Spider-Man. Y no es porque sea
aracnofóbico. Si he de ser sincero, sólo he llegado a ver las dos primeras
completas. La tercera nunca la he soportado lo suficiente como para terminarla
de ver y solo por la segunda me detengo en mi rutina diaria de hacer zapping por
los canales del cable. Y esto única y exclusivamente porque me gusta el trabajo
de Alfred Molina como Dr. Octopus. Es por ello que para mí “The Amazing
Spider-Man” es a las cintas de Sam Raimi lo que el Batman de Christopher Nolan
es para el de Joel Schumacher. ¿Por qué? He aquí mis argumentaciones.
Peter
Parker es un alienado, no un idiota. Y esto recibe el tratamiento correcto en
esta cinta, gracias en gran medida al buen trabajo de actuación de Garfield
sobre un guión sólido que nos explica cómo este adolescente aislado y con
problemas de socialización es el producto del trauma por la temprana pérdida de
sus padres y la necesidad secreta de descubrir la verdad tras esta tragedia
personal. Elementos como la decisión de usar anteojos en lugar de lentes de
contacto para utilizar los de su padre, o el hecho de que su afición a la
ciencia es producto de tratar de comprender qué estaba investigando Richard
Parker cuando murió, son claves para entender a Peter. Otro detalle excelente
es la dificultad para Peter de expresar sus sentimientos a otras personas, como
sucede constantemente en sus interrelaciones con su tía May y con Gwen Stacy.
La hija del
capitán de la policía es para mí otro argumento muy importante a favor de “The
Amazing Spider-Man”. Por influencia de las películas previas, series de
televisión y, digámoslo claro, 40 años de cómics, cuando se piensa en la pareja
de Peter Parker el primer nombre que se viene a la cabeza es Mary Jane Watson.
Pero antes de ella estuvo la adorable y vivaz Gwen Stacy. Su trágica muerte en
el número 121 de “The Amazing Spider-Man” (junio de 1973) es considerada hoy en
día como el punto de giro donde los cómics pasaron de la Edad de Plata a la de
Bronce, una época más oscura donde se perdió la inocencia que había imperado en
la industria estadounidense hasta la época. Esto fue mucho antes de mi
nacimiento y a Gwen la conocí hace relativamente poco tiempo, gracias al
trabajo de Kurt Busiek y Alex Ross en la magnífica “Marvels”. En poco más de 15
páginas de viñetas me enamoré del personaje y, como muchos antes que yo, sufrí cuando…
Bueno, mejor no hablar de ello. Emma Stone logra encarnar a esa Gwen Stacy de
las viñetas. Su caracterización es impecable, en cada detalle de su vestuario y
en cada gesto. Logra robarse la pantalla cada vez que aparece, algo que Mary
Jane nunca logró. Y lo mejor, Gwen no es la chica para salvar, sino la que te
ayuda a derrotar al villano. Después de todo, ella es una estudiante de colegio
que ya trabaja como asistente en un avanzado laboratorio científico, no una
mesera que quiere ser actriz. Y cuando la tragedia la golpea no se hace
trocitos, sino que lucha por aferrarse a la felicidad. Esta es la Gwen que
adoramos y que Emma Stone nos logra dar.
Es genial
tener un nudo en la garganta cuando matan al tío Ben y ver que esto deja una
huella traumática en el héroe, que esto realmente importa y no es solo
pirotecnia argumental para hacer la trama más emotiva. Una de las cosas que más
he criticado de las películas de Sam Raimi es que la muerte del tío Ben no tiene
la fuerza simbólica que debe tener. Es un acto de la mala casualidad; el karma
abofeteando en la cara a Peter con su humor negro. Nada más. Aquí es diferente.
El tío Ben está en la calle buscando a Peter debido a una discusión. Peter
tiene la oportunidad de frenar al ladrón pero no lo hace, mientras que el tío
Ben sí. ¡Y esto es lo fundamental! Ben no es una víctima aleatoria. Él muere
cuando interviene voluntariamente para hacer lo correcto a pesar del peligro.
Esto es lo que resonará una y otra vez en la cabeza de Peter. Lo que lo
impulsará a ser realmente un héroe. Esto y algo más…
Para
Spider-Man todo comienza como venganza. Desea encontrar al hombre que mató al
tío Ben y darle su merecido. Pero eso no es lo que hace a un héroe. Ya en algún
momento se lo había dicho el tío Ben, y el Capitán Stacy se lo recuerda en la
cara cuando Peter está cenando con la familia de Gwen y saca a colación el tema
del vigilante arácnido. Pero la fuerza de esta revelación vendrá cuando salva a
un niño de las garras del Lagarto para después descubrir que el monstruo es
obra de la fórmula que él mismo le dio al Dr. Connors. Es aquí cuando Peter
comprende el sentido de la responsabilidad que conlleva cada acto. Es un
aprendizaje que se da al meter las ocho patas una y otra vez a lo largo de toda
la película, no el resultado de un breve diálogo moralizante.
Otros
aspectos de la trama también son dignos de elogio. No he mencionado mucho del
papel de Rhys Ifans como el Lagarto. Seguramente algunos dirán que es casi un
calco del Dr. Octavius de “Spider-Man 2”. En defensa del Lagarto, en realidad
el Doctor Octopus fue el calco, pues aunque el personaje de Molina nos dio un excelente
villano dividido entre el bien y el mal, en el cómic Octopus siempre ha sido un
desgraciado.
Y por supuesto,
¡Spider-Man no lanza redes de su piel, sino de disparadores electrónicos en sus
muñecas! Es genial que en “The Amazing Spider-Man” hayan decidió corregir este
error. Si Peter Parker generará telarañas de su cuerpo, todo aquel que ha visto
Animal Planet sabe muy bien que no saldrían precisamente de sus manos.
Desde el
punto de vista técnico, “The Amazing Spider-Man” es impecable, con un magnífico
trabajo de fotografía que nos ayuda a sentirnos en una Nueva York más realista.
El esperado cameo de Stan Lee es simplemente perfecto, el más entretenido hasta
ahora de todos sus cameos en películas de Marvel. Y, como es natural en una
cinta de Marvel, hay escena extra después de los créditos.
Para
finalizar, un pequeño detalle. Los productores de “The Avengers” confirmaron
que casi se da una especie de cruce entre ambas películas, cuando se pensó
agregar la imagen de la Torre OsCorp a la vista panorámica de la ciudad de
Nueva York durante el ataque de los chitauri. Pero por retrasos de diseño del
equipo de “The Amazing Spider-Man” tal cameo no se pudo hacer. Pero uno como
espectador comiquero se queda pensando… Todas esas grúas sobre una calle de
Nueva York… ¿Cuáles son las posibilidades de que haya tantas construcciones en
una misma área? A menos que estuvieran reconstruyendo edificios dañados por los
efectos de una catástrofe… el tipo de catástrofe que significa un intento de
invasión alienígena… Quizás fue otro guiño a “The Avengers”. Quizás alguna vez
veremos a este Spider-Man junto a Iron Man o Captain America… O quizás no. Quizás
son solo los sueños mojados de un fanático comiquero. Quizás…
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