Hay que ser Bastardo...

Ya Quentin Tarantino lo había advertido: "Inglourious Basterds" no es una película de guerra, sino más bien un Western. Y desde la primera secuencia nos deja eso claro, con el manejo de los encuadres, la secuencialidad de planos e incluso la banda sonora digna de los mejores "spaghetti westerns". Esto se recalca con la frase que podemos leer tan sólo iniciar la película: "Érase una vez... en la Francia ocupada por los nazis". Frase que nos recuerda el título del clásico de Sergio Leone, "Érase una vez en el Oeste", de 1968. Además, a lo largo de la película podemos escuchar fragmentos de piezas clásicas escritas por Ennio Morricone para películas del Oeste.

En la primera secuencia se nos presenta una situación que bien podría haberse narrado en el Lejano Oeste americano: un grupo de pistoleros se acerca a una casa solitaria en medio del campo. Allí, un tipo rudo mira la comitiva llegar mientras corta leña. Limpiándose las manos, le pide a sus tres hijas que lo esperen adentro de la casa. Típico del western, ¿verdad? Pues ahora cambien a los personajes, transformado al leñador en un campesino francés y a los pistoleros en una patrulla nazi liderada por Hans Landa (Christoph Waltz), "el Cazador de Judíos", encargado de eliminar a los últimos judíos de la Francia ocupada. Eso sí, mantengan la misma banda sonora, con el tema de apertura de "The Alamo" (1960) de John Wayne.

Tal es la singular naturaleza de esta película. ¿Western? ¿Cine de guerra? La respuesta es simplemente Tarantino. Toda la película podría narrarse con el mismo ejercicio que he utilizado para la secuencia inicial.

En un pueblo tomado por un violento terrateniente, un grupo de pistoleros se encargan de hacer justicia por cuenta propia "a la brava"; al mismo tiempo que la joven dueña de la cantina planea su venganza en contra del terrateniente y sus lugartenientes, aprovechando una fiesta que estos han organizado en su establecimiento. Su plan: prenderle fuego a todo el licor dentro del local y cerrar las puertas.

El pueblo tomado es naturalmente la Francia ocupada; el terrateniente es el propio Hitler (Martin Wuttke); el grupo de pistoleros son los Bastardos Sin Gloria liderados por el teniente estadounidense Aldo Reine (Brad Pitt); la joven propietaria es Emmanuelle Mimieux (Mélanie Laurent), cuyo verdadero nombre es Shoshanna Dreyfus, única sobreviviente de la masacre de su familia a manos de Hans Landa; el establecimiento no es una cantina, sino un cine; y la fiesta es la premier de la última película propagandística del Tercer Reich, dirigida por el propio ministro nazi de propaganda, Joseph Goebbels (Sylvester Groth). Por supuesto en un cine no hay tanto licor como en una cantina, pero hay suficiente película de nitrato para que el lugar arda igual.

Hasta ahora no hemos hablado mucho de los Bastardos, así que vamos a detenernos un poco en ellos. No es mucho lo que Tarantino nos explica sobre la procedencia de este grupo de pistoleros uniformados. Lo que nos dice es que son ocho, todos judíos-americanos y con un gran deseo por saltar al otro lado de las líneas enemigas para matar nazis. Son liderados por Aldo Raine, también conocido como "El Apache" debido a su gusto por arrancarle el cuero cabelludo a sus enemigos y guardarlo como recuerdo. Entre los Bastardos que se nos van presentando durante la película están: el Sargento Donny Donowitz (Eli Roth), apodado "El Oso Judío", con un gusto por usar el bate de béisball contra la cabeza de los nazis y del cual algunos alemanes insisten en rumorar que se trata de un "golem"; Hugo Stiglitz (Til Schweiger), un callado psicópata alemán que se une al equipo debido a la admiración que tiene Raine por su trabajo previo (el asesinato de 13 oficiales de la SS); Smithson Utivich (B. J. Novak), llamado por los alemanes "El Pequeño", lo cual lo irrita sobremanera cuando se entera; Wilhelm Wicki (Gedeon Burkhard), un judío alemán que huyó a Estados Unidos tras la llegada al poder de Hitler; y Omar Ulmer (Omar Doom), miembro algo nervioso del grupo.


Pues bien, los Bastardos son enrolados como parte de una misión suicida para aprovechar el estreno de la película de Goebbels para matar a todo el alto mando nazi. Para ello buscarán la ayuda del teniente británico Archie Hicox (Michael Fassbender) y la actriz alemana y doble agente Bridget von Hammersmark (Diane Krüger). Cabe destacar que el papel del alto mando británico, el General Ed Fenech, es interpretado por Mike Myers. Al mismo tiempo, Emmanuelle Mimieux es blanco de los avances románticos del joven héroe de guerra nazi, Fredrick Zoller (Daniel Brühl), quien convence a Goebbels de utilizar el pequeño cine de Emmanuelle para la premier. Aprovechando esta situación, la joven planea su venganza personal contra el Tercer Reigh. En pocas palabras, dos complots para matar a Hitler y ponerle fin a la guerra están por ocurrir en el mismo lugar sin que los protagonistas de uno sepan de la existencia del otro. El gran inconveniente: Hans Landa, un gran detective y fiero adversario que, como el mismo dice, no es un nazi ni nada por el estilo, lo de cazar judíos es meramente coyuntural, pues igual disfruta cazando a cualquier ser humano. ¡Vaya tipo! Hay que decirlo: el villano se roba la película.

Como ya nos tiene acostumbrados Tarantino, "Inglourious Basterds" es una película llena de violencia, personajes memorables y humor del más negro. El final es totalmente inesperado. Aunque para ser franco, conociendo a Tarantino no debería sorprendernos: él hace lo que le viene en gana y escribe lo que le da la gana, sin importar lo que esté contrariando. La Historia no es una excepción.


En resumen, "Inglourious Basterds" se disfruta siempre y cuando ya se tenga el gusto adquirido por el cine de Quentin Tarantino. En lo personal debo decir que yo soy un adicto. Pero siempre es bueno recalcar que estamos ante un director que se ama o se odia. Nada de puntos medios. ¿Es la mejor película de Tarantino? No. Ese honor aún lo conserva "Kill Bill" y está difícil poder quitárselo. Eso sí, aquellos que compren el DVD de "Inglourious Basterds" posiblemente se enfrenten a una disyuntiva: ¿debo colocarlo junto a las películas de guerra o junto a los westerns? Mi consejo: tomen TODAS las películas de Tarantino y colóquenlas aparte bajo su propia categoría, pues este es un cine difícil de definir o encasillar. Algo que sólo un Bastardo como Tarantino puede lograr.

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