El Alma en Muñecos de Trapo

Hay historias aparentemente simples que merecen ser contadas. Pequeños detalles que en medio de grandes eventos nos acercan a lo humano. Ligeros atisbos que adquieren un gran valor simbólico. Como los números en un contexto adecuado. Shane Acker nos da ese contexto en su película animada "9".

Lo primero que hay que decir de esta película es que surgió de un cortometraje animado nominado al Oscar en 2005, el cual atrajo la atención del realizador Tim Burton, quien ayudó a producir su versión en largometraje. Quizás este origen en un corto explique por qué a veces nos parece que "9" es una historia pequeña. Pero no pequeña en un sentido de calidad, sino más bien en los aspectos argumentales bajo los que se decide construir su narración.

Se nos presentan nueve pequeños personajes, nueve héroes hechos de trapo atrapados en un entorno de destrucción y desolación. Logramos saber que la humanidad ya no existe, se extinguió en una guerra en contra de sus propias máquinas bélicas. ¿Cuál fue la necesidad para desarrollar dichas máquinas? ¿Cuál era el enemigo del régimen que las creó? ¿Cómo se extendió la guerra por todo el mundo? Nada de estos grandes detalles parece importar. Incluso la ideología que creó las máquinas es intrascendente: una parafernaria de ultra derecha se conjuga con un discurso de extrema izquierda. Lo importante es que estos nueve muñecos de trapo, los últimos sobrevivientes de un mundo agonizante, deben luchar para lograr que la vida persista.

La historia inicia con el despertar de 9 entre los restos del laboratorio del científico creador, quien yace muerto a los pies de la mesa donde se encuentra el pequeño muñeco de trapo. Un extraño objeto está junto a él. Algo que el inocente 9 percibe que de algún modo es importante. Al asomarse a la ventana y contemplar la destrucción, logra ver a alguien como él: 2, quien le ayudará a reparar su voz. De 2, 9 escuchará por primera vez la palabra "amigo". Pero el ataque de la bestia mecánica lo llevará a perder a ese nuevo amigo y sufrir graves heridas. Es allí cuando aparece 5, quien lo repara y lo lleva a donde hay otros como ellos escondidos: el altivo 1, el fuerte 8 y el trastornado 6. Tras un intento de rescate desastroso, 9 y 5 encontrarán a la valiente 7 y a los estudiosos gemelos 3 y 4.

La historia puede ser simple, pero no es sencilla. Se trata de sobrevivir, de mantenerse unidos y de aprender. Pero el orgullo, la duda y el miedo siempre están presentes, impidiendo que las lecciones sean aprendidas con facilidad. Esta es una película que puede calarnos hondo, si dejamos que su mensaje nos alcance.

En nuestro país las salas de cine cometieron el error de clasificar esta película como infantil. Y digo error porque a pesar de lo infantiles que pueden parecer sus personajes y de lo simple de su historia, el transfondo que sustenta su argumento es bastante profundo, difícil de digerir para un niño sin la guía adecuada. Estamos ante un ensayo metafísico, un discurso sobre el alma donde la alquimia se confunde con la ciencia, siguiendo los caminos que alguna vez surcó Paracelso cuando creó a su homúnculo. La enseñanza final es que la escencia misma de la vida se encuentra en cada trozo de alma. Se puede dar vida a un ser sin alma, pero este será un monstruo mecánico sin sentido de existencia, sin emociones, sin sueños. Algo terrible que seguirá órdenes hasta las más espantosas consecuencias. Como un golem fuera de control. Se podría dar vida a lo artificial, pero esto sería monstruoso si no le podemos dar un alma. Y esto último sólo se logra fragmentando la propia. Acción que en sí misma significa el sacrificio de la propia vida.

En fin, "9" es una historia simple, pero metafísica y profunda. Una aparente contradicción que nos invita a mirarla varias veces, tratando de entender la belleza en estos simples muñequitos de trapo, sólo para descubrir que en sus pequeños ojos artificiales se refleja lo más profundo de nuestra propia humanidad, de nuestra propia alma.

El elenco de "9" está integrado por Elijah Wood (9), Fred Tatasciore (8), Jennifer Connelly (7), Crispin Glover (6), John C. Reilly (5), Martin Landau (2), Christopher Plummer (1) y Alan Oppenheimer (el científico).