El Arte de Entrar en Conflicto


¿Se han puesto a pensar qué es lo que les motiva a contarle algo a alguien?

La respuesta más obvia es que “algo” ha sucedido. Normalmente no vamos a contarle a otra persona una historia si nada pasa en ella, si la vida cotidiana es la de siempre y no hay nada llamativo que agregar. Una historia así sería por demás aburrida: una mera descripción de acciones cotidianas tediosas.

Ese “algo” que sucede que nos invita a contarlo es por definición algo extra-ordinario, una ruptura en la rutina. Un “algo” que hace que los eventos que vamos a narrar sean diferentes.


Saber cómo construir ese “algo” interesante es tal vez uno de los mayores retos para el narrador: ¿qué voy a contar? Para muchos quienes intentan escribir historias, es la barrera infranqueable que les impide convertir sus narraciones en algo atractivo para el público.

La manera más básica para superar este obstáculo es pensar en un conflicto. ¿Qué es lo que ha sacado a nuestro protagonista de su rutina? ¿Cuál reto se le ha presentado que lo obliga a tomar decisiones diferentes, a actuar de formas que en su rutina no es normal?

Dependiendo de la historia que queremos contar, dicho conflicto puede ser menor (nos hemos quedado sin leche en el desayuno) o mayor (la Tierra es invadida por alienígenas). Este es el punto de arranque desde el cual comenzamos a construir nuestra narración, avanzando en ella mediante la complicación del conflicto original (no hay tampoco leche en el supermercado) y la suma de nuevos conflictos (alguien robó el carro del parqueo del supermercado mientras buscaba la leche).

Desde mi punto de vista, el conflicto es el mayor motivador de la existencia humana. Cuando las cosas “pasan”, somos sacados de nuestra zona de confort y nos vemos obligados a pensar y actuar de maneras diferentes. La historia de la humanidad nos lo confirma. Una y otra vez el conflicto nos ha hecho avanzar: la falta de comida nos llevó a descubrir nuevas formas de garantizar el alimento cultivando los campos y ya no cazando; la aparición de amenazas a nuestra seguridad nos llevó a juntarnos en grupos más grandes, formando las primeras ciudades; la violencia de las guerras mundiales nos llevó a generar nuevos espacios de diálogo internacional y la firma de la Carta de Derechos Humanos.

En planos más personales, ante la pérdida de un trabajo, el desempleo nos lleva a reinventarnos como personas, explorando nuevas capacidades y apreciando mejor las oportunidades.

Volviendo a lo narrativo, el conflicto para mí es una herramienta esencial para la creación de historias, pues cumple al menos con 3 funciones básicas:

-Impulsa la trama: ya sea agregando sorpresa o suspenso mediante nuevos puntos de giro que hacen avanzar la historia. Evita que aquello que estamos contando se estanque. Cuando sientan que se están quedando sin ideas, la primera pregunta que debe surgir es “¿qué más puedo hacer que le pase al personaje?”


-Nos da un margen para crear adversarios llamativos: como todo escritor sabe, un héroe es tan grande como lo es el villano al que enfrenta. La progresión de los conflictos en nuestra historia da oportunidades para que nuestro adversario (o adversarios) maniobren, se desarrollen y muestren sus complejidades al público. A su vez, este adversario será siempre una fuente ideal de nuevos conflictos para nuestro protagonista. Un enemigo incansable siempre aporta a la leyenda del héroe.

-Hace crecer al protagonista: enfrentar la adversidad tiene la capacidad de hacer surgir lo mejor de nosotros… y también lo peor. Sea cual sea el camino que nuestra historia tome, la manera en que nuestro protagonista afronte los conflictos nos permitirá conocerle más, trabajar su trasfondo psicológico y generar oportunidades para facilitar la empatía entre el personaje y nuestro público.


Así que la próxima vez que consuman historias, pónganle atención al conflicto: ¿es lo suficientemente poderoso para ser interesante? ¿Cómo lo aborda el protagonista? ¿De qué manera ayuda a destacar al adversario?

Y cuando sientan que la vida se está llenando de conflictos, no lo vean como algo negativo: son solo oportunidades para volverla mucho más interesante.

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