Prismas, Sardinas y Narrativa



Hagamos un ejercicio narrativo.

Imaginemos a un personaje que vive en un entorno opresivo. Dicho personaje descubre que aquello en lo que cree no necesariamente es la realidad, por lo que se genera un conflicto interno en el cual tendrá el reto de enfrentarse a sí mismo para poder liberarse de sus cadenas.

Con esta premisa tenemos ya un drama psicológico sobre la búsqueda de la verdadera identidad.

Ahora pensemos nuevamente en este personaje y su lucha por liberarse de aquello en lo que siempre ha creído. Consideremos que dicho sistema de creencias ha sido generado por el sistema opresivo que gobierna su entorno. Al identificar los deseos de escape de nuestro personaje, el sistema decide neutralisarlo. Nuestro personaje ahora debe huir de los agentes del sistema para poder ser libre.

Esta nueva premisa convierte nuestra historia en una drama de suspenso con tintes policíacos donde el personaje debe ir descubriendo las pistas que le permitirán escapar de sus perseguidores, quienes se acercan a él cada vez más.

Nuevamente regresemos a la historia de nuestro personaje. Tras escapar del sistema, nuestro héroe decide liberar a otros convenciéndolos de rebelarse. Se inicia así una revolución cuyo objetivo final es la liberación de todas las personas.

Con esta tercera premisa hemos transformado nuestra narración en una historia más épica, más de acción.

Ahora pensemos que nuestro personaje tiene problemas para reconocer los colores, lo cual se convierte en un absurdo obstáculo para sus hazañas pues no logra distinguir el uniforme de los amigos o de los enemigos.

Un nuevo giro en la premisa y hemos transformado la historia en una comedia, posiblemente de enredos.

Este ejercicio (el cual propuse inicialmente durante una tarde de café con un colega escritor) nos demuestra una de las grandes bellezas de la narrativa: su naturaleza polifacética. Cada historia es un prisma de posibles líneas argumentales, que se contraponen y reproducen a sí mismas de manera ilimitada. Cada nuevo elemento transforma la historia, generando nuevas alternativas, dando la posibilidad para la entrada de nuevos actores y nuevas líneas argumentales.

Es la idea del multiverso cuántico aplicado a la narrativa: para una misma premisa, existen múltiples historias donde nuestros personajes toman decisiones diferentes.

En mi experiencia como escritor, uno de los mejores métodos para superar un estancamiento creativo es simplemente agregar un elemento nuevo a lo que ya tenemos para ver hacia dónde a de dirigirse la trama. No importa qué tan ridículo parezca inicialmente.

Por ejemplo, volvamos a nuestra historia de persecución policíaca. Nuestro personaje está atrapado en un callejón sin salida dentro de un almacén, mientras que sus perseguidores bloquean la aparente única salida. En este punto nuestro personaje debe escapar, ¿pero cómo? Pensar en una solución narrativa para esta situación puede ser muy arduo y es probable que nos quedemos con una solución cliché (¡Oh, miren! ¡Esas cajas llegan hasta una ventana abierta por donde puedo escapar!).

Pero podríamos hacer algo diferente agregando ese elemento inesperado. Digamos, una sardina.

¿Cómo hemos de agregar la sardina a la narración? Puede ser que el aroma de las sardinas revele una trampilla para carga y descarga de pescado en uno de los laterales del almacén. Parecido a la salida de la ventana. Podemos hacerlo mejor.

Quizás el personaje reconoce el aliento de sardina de uno de sus perseguidores, lo cual le puede beneficiar para intentar un escape si la locación queda a oscuras. O mejor aún, nuestro personaje se esconde entre varias torres de cajas, teniéndose que mover entre los estrechos espacios que lo estrujan “como a una sardina”. De esta manera logra rodear a sus perseguidores sin que estos lo vean, y huye por la entrada principal.

O simplemente nuestro personaje encuentra un cargamento de latas de sardinas que deja caer sobre sus perseguidores y huye por la entrada principal.

Puede que todas las opciones que se nos vengan a la cabeza sean realmente malas. Pero no hay que desanimarse. Trabajarlas por igual pondrá en marcha nuestra imaginación, superando cualquier bache creativo.

La narrativa es un catálogo de opciones que se nos abre para ser contadas. Una sola premisa nos puede dar material para diferentes narraciones. Muchos guionistas y escritores han aprovechado esta característica, generando relatos alternativos o complementarios a otros que han escrito. Aprovechando aquellos caminos argumentales latentes para hacer nacer nuevas historias.

Una historia nunca se agotará realmente si buscamos contarla desde todos los ángulos posibles.

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