200 Años del Horror

La leyenda nos cuenta que una tarde de 1816, un grupo de viajeros ingleses se refugió de una tormenta junto al lago de Ginebra, Suiza. En aquel grupo se encontraban los reconocidos poetas Lord Byron y Percey Shelley, quienes propusieron matar el tiempo escribiendo historias de terror.

Pero no sería de ninguno de estos renombrados literatos el más famoso de los relatos que nacería de aquel reto. Este honor le tocaría a la joven esposa de Shelley, Mary (también escritora aunque entonces no reconocida), quien daría origen a un drama gótico que se convertiría en uno de los grandes clásicos del género: “Frankenstein o el Moderno Prometeo”.

Aquel relato de horror comienza con la expedición ártica del Capitán Walton quien, saliendo desde Rusia, encontrará sorpresivamente en su camino al médico suizo Víctor Frankenstein. Este está al borde de la muerte y decide contarle toda su historia al Capitán, para que quede algún testigo de los extraordinarios hechos relacionados con sus experimentos sobre la vida y la muerte y la trágica criatura que surgió de los mismos.

Diversas adaptaciones cinematográficas y a otros medios nos han familiarizado con la narración de "Frankenstein". Y, sin embargo, aún muchos desconocen la obra original de Mary Shelley. Clásico ejemplo es que identifican al monstruo como Frankenstein, cuando este es en realidad el apellido de su creador. La criatura como tal nunca llega a tener nombre, acrecentando así su desdicha y su destino dramático.

La vida de Mary Shelley está llena de drama en sí misma. Su vida quedaría marcada al enamorarse a los 16 años de Percy Shelley, un hombre casado pero con una tendencia enorme a la infidelidad. Su relación con Mary llevaría al suicidio a su primera esposa, Harriet. Además, el padre de Mary las repudiaría a ella y a su hermana por sus “relaciones libertinas”. Tras la muerte de Harriet, Mary y Percy se casaron, aunque este matrimonio no duraría ni diez años. En 1822 Percy murió ahogado en Italia. De los 4 hijos que tuvieron juntos, 3 murieron a muy temprana edad. Tras quedar viuda, Mary decide dedicarse a su único hijo sobreviviente, así como a su obra literaria. Moriría en 1851 a los 53 años por un tumor cerebral.

Con “Frankenstein”, su obra más aclamada, Shelley entreteje las teorías científicas de su época sobre galvanismo y medicina. Tal enfoque para la creación de su criatura hacen que Mary Shelley pueda ser considerada una de las pioneras de la ciencia ficción. Detalle interesante es su elección de la Universidad de Ingolstadt en Alemania como casa de estudios del Doctor Frankenstein, pues dicha ciudad es señalada como sede de la legendaria sociedad secreta de los Illuminati, opuestos a la religión y defensores a ultranza de la ciencia y la razón.

En “Frankenstein”, se advierte de los peligros morales de querer convertirnos en Dios a través de la ciencia. Pero esta denuncia se narra de una manera diferente, desde la perspectiva de la criatura que obtiene la vida solo para ser rechazada con espanto por su creador. Es así como se establece un juicio a la maldad del hombre y a sus terribles prejuicios.

“Si tú, mi creador, me detestas, ¿qué me cabe esperar de sus semejantes, que no me deben nada?”

Mary Shelley tardaría dos años más en terminar el manuscrito de su obra para la imprenta. En 1818, “Frankenstein o el Moderno Prometeo” es publicado. La fecha indica el 1 de enero de aquel año, mas se cree que no salió a la venta sino hasta el 11 de marzo.

Hoy recordamos a la criatura creada por el Doctor Frankenstein en la interpretación de grandes actores como Boris Karloff (1931), Christopher Lee (1957) y Robert de Niro (1994).

A sus 200 años, “Frankenstein” sigue siendo una obra narrativa que nos conmueve y aterra al mostrarnos un monstruo mayor que el nacido de la locura de un científico obsesionado: la crueldad de la que es capaz una humanidad atemorizada y llena de prejuicios contra lo diferente.

“Si no puedo inspirar afecto, inspiraré terror; y a ti, mi mayor enemigo, por ser mi creador, te juro un odio inextinguible.”